Se conoce a mucha gente pescando y desde luego no porque se trate de una afición de masa, más bien lo contrario, sino porque nos acerca como a los dos gafotas del cole o las tres feas, vamos por los bichos raros que somos :-D. En el cardúmen hay de todo, gente amable y simpática o insoportable y odiosa, habilidosos y torpes, gente al fin, como la que encuentras en la calle o con la que compartes despacho. Entre las sub-especies aparecen unos seres con un don especial, la estrellita como me gusta llamarla, que en muchas y distintas ocasiones se distinguen por tener aquel demás que les brinda una captura extraordinaria cuando los demás se mantienen a flote en la mediocridad.
Sin duda la estrellita suele seguir a pescadores talentosos, gente que sabe lo que hace y que trabaja duro, pero de estos conozco muchos y no todos tiene la suerte de poder contar con semejante ángel de la guarda, sin duda de estrellitas no hay muchas y las que hay hacen lo que pueden. Fijaos que no me gustaría que se esto se confundiera con la suerte pura y dura porque también de esta he visto por doquier, la suerte es ciega y cae sobre cualquier persona, en nuestro caso en el pescador más patoso e inexperto, mientras la estrellita tiene buena vista y sabe adonde apuntar.
En este caso si que voy a hacer algún nombre, no hay nada malo en lo que digo, al revés, son muy buenos pescadores y mejores personas a las que tengo cariño o con la que hay buena amistad así que empezaré por Guillermo, canarión de fibra fuerte y con los ojos avispados. Guille me lo encontré por primera vez en la Graciosa y desde aquel momento he compartido con el muchas pescadas ambos en España y en el extranjero. Sabe pescar el hombre, lanza muy bien y tiene aquella maña y competitividad que le empuja siempre a dar lo mejor de si mismo, sin desmoralizarse nunca, ni en los momentos más duros. El amigo es el que consigue sacar el Wahoo más grande sin cable de acero y assist con cordaje de kevlar cuando todos los demás estábamos atando un jig nuevo tras otro, o pegar un Marlin negro a jigging en las aguas del Índico (que por aquello de la compensación de los astros se le soltó). Pero estos son solo dos ejemplos de los muchos que yo consiga recordar, ya que Guille nos ha sorprendido a menudo y seguro que Mario logrará aportar algo más sobre el.
En esta breve lista aparece otro amigo que curiosamente, como Guillermo pero por diferentes razones ha dejado la pesca un poco de lado, Emiliano. Este entrañable hombre catalán me apareció en un viaje a Cuba donde iba bastante mal equipado, de nos ser por la cámara de foto que en aquel momento era lo mejor a lo que un Nikonista podía aspirar. La falta de equipos le duró poco porque el muy loco en un pispás se hizo con lo mejorcito que había en el mercado y fue atacando las aguas tropicales como un Samurai. Emiliano es uno de aquellos que destacaba en los grupos tropicales, en primer lugar porque era como un martillo y en aquel momento de los pocos que pescaba con poppers de 200g cuando todavía la menor presión de pesca aventajaba a quien tenía fuerza y aguante para manejar semejante siluros, luego porque no paraba nunca y por supuesto porque sabía lo que hacía, pero esto ya lo he dejado claro desde el principio. A este señor le he visto pegar, pelear y sacar un Marlin negro a jigging en las aguas de Nosy-be, nunca jamás he asistido a semejante captura en cuarenta años mojando líneas. Quizás alguno de los amigos que tenemos en común recuerde más hazañas de Emiliano, que no hay pocas, Oriol seguro recuerda un Barracuda-Rex en Maldivas y cositas por el estilo.
Ahora viene Vincenzo amigo italiano que trabaja para Molix, con el que he tenido el placer de pescar muy pocas veces y que aún así me ha dejado bastante impresionado. El chico trabaja muy fino, es pescador competente, creativo y técnico, en fin un pedazo de profesional. La primera vez que nos vimos en el Estrecho se marcó una Serviola de 30kg a spinning con una cañita de 50g, hilo de 30 libras y un paseante para Black Bass... Una captura de gran porte y magnitud, hasta para los que viven y pescan el Estrecho a menudo y se lo conocen como la palma de sus manos. Pero lo más gracioso pasó en Italia, cuando una tarde salimos de Molix para acercarnos a un canal de la Baja Padanía a probar unos señuelos. Vincenzo marcó tres goles, y si dos de ellos fueron Black Bass de pequeño tamaño, el tercero no podía ser captura más curiosa: un híbrido de Striped Bass, desde luego un pez poco habitual en aguas Italianas, o Europeas ni siquiera.
Os he contado tres historietas para que os animéis a escribir algo sobre vuestros amigos con estrellita, y si realmente creéis que existen o si solo es una casualidad la que sean siempre los que más aciertan. Yo he intentado arrimarme a mis campeones para ver si se pegaba algo y na', no hay forma, sigo con mi bombilla de bajo consumo y me toca trabajar como una bestia para cobrar a fin de mes.
José Luis
El mío se hace llamar Antonio, es persistente e intuitivo, raro es que no sea el primero en dar con captura, o sacar el mejor animal de la jornada o más cantidad que los demás. A tal punto llega el asunto que cuando vamos en el barco del Patrón el amigo Antonio siempre gusta de situarse en proa mientras el Patrón y este que suscribe permanecemos en la bañera al cobijo de la cabina. No es una postura cómoda la de D. Antonio, tiene poco espacio para los pies, la baranda está alta y como todos sabemos el movimeinto en proa es mucho más pronunciado, pero ahí está, pegado al suelo y sacando un bicho tras otro. Bien, pues cuando D. Antonio no puede venir y la jornada es mala en el mano a mano entre el Patrón y yo, éste suele pedirme que valla a proa a ver si allí pego algo...y lo gracioso del asunto es que lo dice totalmente en serio.
Mi amigo Antonio además de estrella es muy buena gente 😉
Mario
Me parece acertado que hayas hecho la salvedad de que el "estrellita" no es en nuestro argot el pescador paquete con suerte. El "estrellita" es todo lo contrario. Conozco a unos cuantos "estrellitas", incluido Guille y siempre son tipos mañosos, con instinto y experiencia que entienden la pesca a la mil maravillas, pero que por razones tan sutiles o tan aleatorias que resultan incomprensibles y comparativamente agraviantes consiguen el pleno al quince con una regularidad que al mismo tiempo y sin embargo elimina la suerte o la casualidad como factor que explique el fenómeno. Así de desconcertante es el asunto.
He pescado con Guille muchos años y la estrellita la tiene. El día que pego ese peto en aguas del Hierro, yo también estaba a bordo y puedo dar fe como aparte del peto también sacó en apenas una hora y media una negrita cercana a los 22 kilos y un escolar rasposo que rondaba por encima los 15. Todos usábamos lo nuevo de Bass Day y Duel como señuelo. Guille tenía una baratija de hierro más parecido a una pestillera de baño que a un jig.
Tengo otro compañero de pesca que repite el mismo esquema, Jacobo.
Jacobo es diestro, habilidoso y no es nuevo en el veril.
Tres días después de regresar del Lago Nasser con un puñado de insoportables Halco Sorcerer en el macuto, salí con él a pescar. Le enseñé el incomodo señuelo, le regalé un par de ellos y antes de que yo cerrara el paquete, con una Shimano Beast Master de acción blanda y 20 libras de trenzado pusó en seco un hermoso jurel salido como de la nada. La cosa siguió y mientras servidor se comía los mocos y perjuraba del horrible señuelo, el pibe chicharrero continuaba poniendo a tiro de foto abaes, pejerreys, bicuas y jureles.
¿Y la tarde en que apareció con 5 vinilos horrendos del Decathlon y me tuvo el corazón en un brete pegando bocinegros a cada lance?.
Sí. Corroboro lo de los "estrellitas". Máquinas. Gente que pesca con naturalidad, que se come poco el coco y que ambición y agresividad aparte, tienen esa intuición innata e intangible para dar en la diana con una regularidad 100% ajena a la suerte o la fortuna.
Femés Elvira
Yo tengo otro estrellita. Su nombre es de personaje travieso, Daniel, y por apellido lleva uno de guerrillero : Guerra.
El amigo Dani no entiende de modas locas, ni de novedades, ni de frikadas de ningún tipo. El sólo invierte y cambia algo cuando comprueba que puede mejorar resultados viendo eso, resultados. Si no, no prueba, no gasta, ni se vuelve loco.
Puede estar pescando siempre con el mísmo señuelo, y el mísmo equipo, que siempre obtiene buenos, si no, los mejores resultados. No cambia múcho de modelos, ni de colores, es fiel a lo que ya conoce y sabe que le funciona. De esas personas que piensa que lo que funcina bién, por qué cambiarlo??
Igualmente ráro (rarísimo) es el dia que salimos a hacer jigging o spinning, y sea con lo que sea, no pille algo: siempre está ahí, en lo mejor del candelero. Es un muy excelente pescador, pero siempre he pensado que el tío le pone una estampita a un santo por las noches antes de salir a pescar, o algo parecido ;). Un hacha el amigo :).
José Luis
"El eléctrico" 🙂
Femés Elvira
Jjejejejej, sí, el mísmo. No para la pata, y cuesta que se relaje y esté tranquilo; siempre está "maquinando " algo en la cabeza. A veces, hasta me cuesta que haga caso, pero es un grande, tánto como persona como pescador. Un amigo, y un hermano de los de para toda la vida.