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Para quien escribe, Internet ha sido una fuente inagotable de información que ha servido a formarme en una faceta bastante técnica de mi trabajo, la fotografía. Sobrevolando el espacio virtual he podido aterrizar en algunos sitos realmente ingeniosos, donde la simple voluntad de un individuo, o más de uno, que tenía ganas de compartir sus descubrimientos, abría la caja de pandora y dejaba testimonio de gran calidad al alcance de algún pringado como yo que iba lactando como ternero gordinflón.

Un poco lo que pasó en aquellos tiempos en los que el fórum de esta página así como muchos otros soltaban joyas para los que supieran pulirlas y adaptarlas a sus necesidades, zona y depredadores. Realmente este invento ha cambiado la forma de comunicarnos y siempre evoluciona, dejando obsoletos programas que hace solo tres años se creía que iban a quedarse allí para siempre. Ahora nos hacemos el tam-tam a través de Facebook y Twitter, chateamos por Whatsapp y hasta los sms en meno que cante un gallo estarán dando la vuelta de la esquina para acabar en el gran basurero tecnológico que habrá por algún lugar del planeta.

Si nos paramos a pensar por un momento en Facebook, para hacer un ejemplo, sabemos que ha tenido cierta influencia en alimentar la llama de la primavera árabe, un caso relativamente reciente. El señor Zuckerberg en su vida hubiese imaginado la portada de su criatura, semejante poderío en un programa que pretendía reunir amigos de la universidad y ver las fotos de las tías más buenorras. En fin, pisa fuerte lo virtual pero, personalmente no creo sea oro todo lo que brilla, dejad que me explique.

El problemón de Intennè es que el prolijo se queda en el semáforo y todo lo que supera las X palabras, resulta molesto y descartado “in nuce”, traducido al castellano, antes de empezar. Tremendo problema tiene este servidor para dejar sus borracheras literarias en tramos breves y sumas pequeñas, si se me escapara la tecladitis, y me veo en este momento de buen camino para que ocurra en el intento de poder acabar este tostón en manera decente, seguro que la mitad de la platea se quedaría vacía. Un click y estás en el olvido.

Entonces se ha desarrollado un lenguaje más conciso, directo y probablemente más moderno pero, mucho me temo, al mismo tiempo más superficial. Se cuenta menos, que en mi caso es seguramente de gran alivio para todos, y sin embargo en otros resulta limitante. Lo que finalmente quiero decir es que toda esta riada de información que nos llega nada más arrancar el router, es quizás más pobre, incompleta. Yo mismo, es muy probable, que me haya perdido algunos pasos tremendamente importantes sobre el manejo de mi cámara o sobre el uso de alguna luz simplemente por haberme retirado de la lectura de un escrito agonizante y considerablemente dilatado, hasta más no poder.

Esto, en el caso de la pesca se traduce en noticias relámpago en FB, que nada enseñan si no la foto del bicho y el invisible pero palpable ego del fisherman o alguna promoción de productos, al ser tal social media así de poderoso para la publicidad y el marketing de las empresas (inclusive esta, que no me estoy rajando, bribones). Detrás queda poco porque tampoco hay espacio, y en los tantos y brillantes blogs que se expanden por la web más que el paro en España, muchos de los intentos de elaborar conceptos de por si potencialmente interesantes se traducen en escaladas al Himalaya sin oxigeno, por lo que cuesta digerirlos.

En este momento me estoy tragando un libro así de tocho, la biografía de Mao Zedong, un excelentísimo señor que se ha cargado 70 millones de personas sin salir de su país, o sea todos chinos, en su mayoría pobres campesinos y enemigos políticos. A pesar de ser potencialmente un plomazo infumable resulta la mar de entretenido, y la cuantía de detalles e información es algo que me temo, jamás encontraré en la red. Seguiré mamando del www pero, por lo menos yo, no dejaré de desayunar buenos libros (acabo de encargar dos de técnica fotográfica a Amazon) que me pinten detallitos golosos, lamentando la falta de atención que genera el monitor y las limitaciones que me impone. Acabo aquí o no acabaré nunca, mejor aún, me voy a leer la biografía del genocida, no hay nada mejor antes de meterte en la cama.

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Recién despertado de aquella pesadilla llamada gala de inauguración de los JJOO, un bodrio de tamaño descomunal salvado solamente por dos personajes cuales Mike Olfield que toca Tubular Bells en directo y Mr.Bean que hace de las suyas, apunté este tema en mi libreta de las ideas: pesca y competiciones.

Eso es ¿tienen estas dos cosas algo en común? Se puede competir pescando o pescar compitiendo? Claro que se puede porque se lleva haciendo desde hace décadas pero a este servidor sinceramente esta curiosa relación no le acaba de convencer y os explicaré porque. Desde el alba de la historia del ser humano actividades como la caza y la pesca han representado algo muy diferente de lo que representan para nosotros. El señor Neandertal tenía a su querida esposa esperándole con los churumbeles en la gruta a que volviera de la caza para hincar el diente a algo que no fuese una raíz o unas bellotas de temporada. El pobre hombre se liaba a pedradas limpias con Smilodon y Mamut y si tenía suerte le saltaba la liebre y conseguía meterle un tiro certero antes de que un oso de las cavernas se le comiese a el, dejando un puñado de huérfanos sin papeo.

El vecino, acongojado por la última carga de un alce monumental decidió dejar aquel deporte tan peligroso y dedicarse a la pesca, sin saber que ríos y lagos eran un imán para los bichos terrestres y que tampoco allí se iba a librar de el acoso bestial. Así que entre un mordisco de una víbora y una carrera contra un león el señor N. conseguía de aquella manera agarrar una trucha y llevársela para casa, pasándose por el mismísimo la veda y la prohibición de pescar con las manos. ¡Un furtivo vamos!

La gran putada de todo esta historia fue cuando algunos mantas que no sabían ni pescar ni cazar descubrieron que era menos peligroso cultivar maís y dedicarse a la ganadería, mientras otros, más espabilados y temerarios seguían la delicada tarea de enfrentarse a lo más salvaje. Aquí empezó aquello del trueque y finalmente el primer banquero de la historia inventó el dinero, o conchas coloradas que fuesen. Se acabó entonces con peces y animales, ya que alguien empezó a dedicarse a su captura para alimentar una población que crecía más que la espuma en un foam party de verano. Cazas, pescas, vendes y muchos siguen con el mismo sistema, algunos hasta disfrazados de pescadores recreativos.

En el siglo XXI, para gente que como nosotros se aficiona a la pesca todo se transforma en un juego, la pesca es simplemente una afición, un momento para conseguir que nuestro cansado cerebro trabaje de otra manera. No se vosotros pero cuando estoy pescando intento concentrar mis esfuerzos en lo que estoy haciendo, que desde luego no requiere mucha memoria RAM, y dejar la que se queda libre para disfrutar del entorno en el que me encuentro, respirar hondo y cerrar las puertas a todo los engorros que vienen acompañándome durante la semana. Podemos ser veinte en el barco pero en realidad la mayoría de las veces consigo quedarme solo con mi caña, el señuelo y el depredador que me estará intentando ignorar por alguna esquina.

Si pesco más de los compañeros me alegro e intento disimular la sonrisa, si pesco menos me fastidio, haberlo hecho mejor ¡peazo mamón! Nunca me subo a un barco pensando en que tengo que sacar más peces que Mario, que ocurre muy a menudo, o que algún cliente me saque otra vez un monstruo delante de las narices, que también ocurre a menudo. Cuando estoy pescando, de alguna manera me transformo en un animal egoísta que solo piensa en si mismo, o mejor dicho en lo que estoy haciendo y como me salen las cosas a mí. Desvío mi interés hacía los demás si necesitan ayuda o si están pescando mejor o peor que yo para poderles robar o ofrecer un consejo y si de repente se crea un pique, amistoso que todo sea dicho, pues bienvenido sea porque al final un poco de picaresca no estorba y siempre disfruta uno diciéndole cosas feas y haciendo pedorretas al niño de al lado.

En fin, la pesca nace como una necesidad de sustentación del ser humano, luego se transforma en una actividad comercial y finalmente en una actividad lúdica y recreativa pero tengo la sensación de que llevarla hasta ser un deporte muy competitivo, y en algunos casos muy bien remunerado, no encaje muy bien en el diseño de Madre Naturaleza. Existe una competición, y es la que crece entre pescador y pez, a ver quien de los dos es más listo (en mi caso normalmente un carpín rojo), pero bajo mi modesto y seguramente inútil punto de vista no debería de ir más allá de eso.

Ya está bien así, no me enrollo más y os dejo la palabra, como siempre estaré encantado de escuchar vuestras iluminadas opiniones. Abrazos

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Hace unos años mi amigo Setsuo Hamanaka a mi pregunta sobre porque usaba una caña tan parabólica contestó así: " Because is more fun!" Que traducido a la lengua de los Iberos significa "¡Poque es más divertido!" En ese momento me lo quedé mirando y pensando que los Japos son muy raros, Japos Locos les llamaba yo entonces.

Ahora, unos cuantos años después, casi 9 digo, que suena ya como a mucho pelo caído, las cosas han evidentemente cambiado. Está más o menos claro que si pescamos a popping una caña rápida ayuda bastante pero, si nos dejamos de tonterías tropicales aquí en el Med son muchos los tipos de equipos que nos pueden funcionar igual de bien. No necesitamos remolcar un Popper de 150 gramos y últimamente lo que movemos más a menudo son stickbaits, que justamente necesitan una caña no muy rápida. En fin, que Spain is different demonios y que el extra fast amigos, que guste o menos, está más pasado de moda que los Camperos de EL Charro.

Así me lo aprendí yo trabajando con Lamiglas que para el mar el fast lo ven como humo en los ojos y que finalmente los amigos del Este ya han tachado por completo sacando enteras generaciones de cañas más  suaves, blandas y estilo gominola. Este servidor criado en las escuderías de lo rápido por nostrils (narices, para los que de inglés saben lo que yo de sexo con Cebras) ha tardado un rato y algo más para entender que más se dobla más te diviertes, y sobre todos que llegados a cierta edad con la columna que le pide cuentas a los músculos, ir de machotes no lleva a nada bueno.

En fin, últimamente he estado usando muchas cañas de acción moderate/fast que  se han doblado como sauces hasta meter la puntita en el agua: me han divertido mucho, y con ellas he sacado variados y bonitos peces sin sufrir percances de los que se pueda culpar al equipo. Sisseñó, me molan, ¿que pasa? No se puede ablandar uno un poco y hacerse más juguetón? Es lo que tiene la edad, y a parte Mario que no tiene ni alma ni respeto ni para el yayito, nadie más me va a decir nada, por el acato que imponen los viejetes y la buena educación de estos nenes entrañables que merodean por estos rincones virtuales... 🙂

Bromas a parte, ¿están cambiando los gustos verdad? Que me cuentan mis caballeros de la orilla redonda, rápido o no? ¡Disparar chicos que llevo chaleco antibalas!

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