Tag Archives: heridas

3 Comments

La oportunidad para este artículo me la ha ofrecida mi amigo Eugeni Fors, compañero de muchas aventuras al trópico y buena gente donde las haya. A la vuelta de su viaje a Seychelles me ha enviado unas fotos que me han impactado, sobre todo una de las dos, pero vamos a leer su relato de las dos historias escritos de su puño o mejor dicho, teclado.

"Dejo bajar el jig hasta el fondo, uno 60 m, empiezo a recuperar y a unos diez metros picada de un limón, bicho que, aunque pequeño (unos 6 kg) es bastante peleón; dos tirones fuertes de los que sacan hilo y de repente trancazo como si pasase un camión. Primero me para cualquier movimiento y luego me saca hilo pero de forma contundente. Yo trabajo para arriba y el insiste para abajo.Tengo la sensación que está rozando por el suelo. Noto como unas vibraciones propias de rozar el bajo por el arrecife. Esto dura unos treinta segundos y luego todo sigue como al principio, resistencia y tirones. Al llegar arriba se puede ver perfectamente el mordisco que le mete un gran mero, dejando marcado en su piel la señal de su bocado".

Seguramente la ventura con el mero no es del todo novedosa, habrá pasado a varios pescadores pero la foto de la Serviola sin duda es bastante impactante, no solo el bicho tiene la piel marcadas por los finos y pequeños dientes del mero, sino que también parece un poco aplastado y lo que más inquiera es ver que todo el cuerpo presenta roces, por lo tanto el mero se lo habrá metido bien para adentro y para poder hacer esto ¿de que tamaño habrá sido la boca del bicho y consecuentemente cuanto era de grande el animal?

Vamos al segundo relato de Eugeni: "Con el dientes de perro pasó algo similar pero entre aguas. La víctima fue atacada por un Marlin, dejando en su lomo la firma de su pico. Mi percepción no fue tan clara porque estos bichos, cuando son grandecitos (>40kg), son muy fuertes y sacan hilo cuando quieren. Si recuerdo un par de tirones a medio camino que me hicieron sospechar de una buena captura. Pero la verdad es que todo el combate fue duro, no paró de tirar hasta el final. He de añadir que al principio de combate, se me salió el pomo de la manivela del carrete (?????), con lo que tenia que atinar a meter la dichosa bola en el vástago del carrete y estar concentrado para luchar con un bicho como ese. Al minuto, en una de las vueltas, el pomo salió volando y se fue al mar, y  tuve que terminar el combate recogiendo con un palito fino y muy desgraciado ...".

Esa herida es realmente espantosa, y me sigue resultando increíble como un pez, por cuanto fuerte e peleón, pueda seguir luchando después de que le han desgarrado medio lomo. ¡Enhorabuena¡ a Eugeni por sus bonitas piezas y le agradezco mucho que me haya enviado las fotos para poder compartirlas con los amigos que siguen este blog.

Ahora viene la pregunta: ¿Tenéis alguna historia parecida que contar? Y mejor que mejor, tenéis fotos para documentarlas? Lo que podríamos hacer es que dejéis un comentario y un enlace con la foto que le pertenezca que podéis colgar en vuestro blog o en algún servidor como Picassa, Flickr etc. Espero vuestras aportaciones con cierta curiosidad, seguro que casi todos tenéis historias muy interesantes que narrar.

6 Comments

Una vez, todavía adolescente y en plena manía del bricolaje, levanté del suelo un señuelo horrible que acababa de construir y tuve la gran mala suerte de que una de las poteras se enganchó en el calcetín y la otra entró derechita en mi pulgar. Urgencias, cortecito, un punto y pa' casa. En los treinta y tantos años que siguieron he vuelto a tener pinchazos y he visto más de un anzuelo superar la fatídica barrera de la muerte y quedarse decorando una extremidad o un dedo del que pescaba a mi lado. He visto triples del 5/0 entrar en las manos del desafortunado marinero de turno, señuelos partir gafas ajenas por un lance mal hecho y un estupendo Roosta de 100 gramos plantarse en mi espalda por un pick up cerrado, afortunadamente sin que las ancoretas encontraran la carne.

Hay pescadores patosos y otros desafortunados, los hay que se resbalan y se caen encima de un almohada y otros, como este servidor, que sale volando de una roca y se deja dos codos en la lava con consecuentes fracturas y huesos que se quedan flotando por las carnes. Un amigo mosquero ha logrado partirse los dos brazos y otra vez, si no me equivoco un tobillo. ¿Y a quien, por lo menos una vez,no se le ha puesto el dedo gordo como un melón al chocar con algo en un barco? Y queremos hablar de la marea, esa hola tan inesperada que nos ha levantado los pies y puesto a remojo?

La pesca puede a veces llegar a ser algo peligrosa, cada vez que vuelvo a pensar en aquellas paredes que bajamos en Fuerteventura me pregunto si realmente no se me debería de haber llevado por delante la teoría de la evolución, para dejar espacio a seres más inteligentes. Tontería hemos hecho todos, y lo bueno es que las podemos contar así que aprovechemos de este nuevo artículo para soltarlas pero solo hablemos de anzuelos clavados o situaciones peligrosas en la que nos hemos encontrado porque la en pocos días tendremos más espacio para contar otros tipos de desgracias 🙂

Last updated by at .