Hablando de GT, historias del terror tropical
Hablando de GT, me contaba un conocido skipper americano, el mismo que había montado la operación de pesca en la isla de Midway donde me estrellé entrené con esos animales, algunas historias sobre los Giant Trevally, de las que se quedan para la leyenda quizás alguien nuevo en esto no las haya nunca escuchado.
"Hicimos unas pruebas con unos hilos de 400lb y anzuelos de los más robustos que pudimos encontrar y estuvimos pescando al currican para atunes de aleta amarilla y para GT, obviamente en dos zonas diferentes alrededores de Midway. Enganchamos peces de ambas especies de tamaños similares pero mientras conseguíamos parar a los atunes, los GTs abrian los anzuelos y lograban escaparse." Esto es lo que me decía Rick Gaffney cuando volví de mi primera desaventura con los carángidos del atolón.
Pero seguimos hablando de GT, una tarde estuvimos haciendo algo de brumeo para intentar alejar los camiones del arrecife y poder por lo menos sacar uno con mi inadecuado equipo y estaba en el barco con Ed Huges, un skipper de Rhode Island que en ese momento trabajaba en el atolón. Aparecieron los primeros tiburones y fue entonces cuando Ed me empezó a contar otra historia bastante impresionante.
Resulta que haciendo este tipo de pesca, siempre los primeros en llegar son los escualos, sin embargo cuando entra el bando de GT, y estamos hablando de peces de a lo mejor treinta, cuarenta o cincuenta kilos, los tiburones se abren y dejan paso a los cabezones. Hay historias de GT que literalmente les echan de la estela el brumeo y se apoderan del manjar gratuito.
Finalmente, ambos Rick y Ed me aseguraron de que a menudo los GTs salen a proteger un compañero en dificultad, por ejemplo que haya sido enganchado por un pescador, para defenderle de los posibles ataques de los tiburones. Algo común en los delfines que protegen a los miembros del mismo bando, pero difícil de comprender en un animal infinitamente menos inteligente. La manera en que el GT se defiende o ataca - según se mire - a los escualos, es pegándoles unos cabezazos de campeonato donde más les duele, en la zona de las agallas. Esto, en los años siguientes a aquella aventura en las aguas de Midway, lo pude comprobar en persona y por lo que he podido apreciar no es exclusivo de los GTs sino que de varias especies de carángidos.
Así que hablando de GT, hoy también hemos acabado con los cuentos del abuelo, nos veremos cuanto antes para otras amenas e imprescindibles historias. Si queréis dejar vuestros comentarios podéis hacerlo aquí seguido. Ciao