Cuestión de centímetros

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¿Cuánto importan 10 centímetros? ¿Depende para qué? preguntarán de igual manera los que miden su entrepierna y se encuentran con escasez o abundancia de materia prima. Diez centímetros pueden ser un regalo cuantioso o un desmadre grotesco una vez sumados a los existentes, así que mejor lo dejemos como madre naturaleza lo decidió y volvamos  a lo nuestro, pandilla de juguetones, que siempre pensáis en lo mismo. En una caña, eso quería decir yo, en una puñetera caña para pescar a spinning.

Hay de todo en la viña del Señor y cada tanto me encuentro con amigos o clientes que se empeñan en defender la primaria importancia de llevarse la caña de 8’3” en lugar de 8”, la friolera de 7,5 cm (cada pulgada son 2,5 approx); un mástil, según los encendidos guerreros de la cruzada de las pulgadas. Como comprenderéis, resultan del todo inútiles mis apelaciones y recursos en el juicio que se celebra contra las varas más cortitas, que normalmente acaban en la hoguera, que se celebre San Juan o menos. Esos 7,5 o 10cm son trascendentes y no hay amenaza o cabeza de caballo a los pies de la cama que haga cambiar idea; una batalla más perdida de la de Custer en Little Big Horn. La conversación suele acabar con mi tienda tachada de los favoritos del cliente o mi nombre en la lista negra de los “pesados sin esperanza” y un ex - amigo que me borra de la agenda de su Smartphone.

Desesperado para mejorar mi vida social y recuperar los dos o tres clientes que me quedaban, expongo mi teoría al público ludibrio y que sea el pueblo que decida mi suerte: “verso pollice”, si precisa. Allá voy, que a veces me cuesta arrancar más que el coche del protagonista y la tipa espectacular que quieren fugarse de los zombis en una peli del terror.  Me pregunto, ya sabéis preguntón nací ¿realmente se consigue apreciar la diferencia de prestaciones entre una caña de 2,10m de una de 2,25m o, me da lo mismo, entre una de 2,40m y una de 2,55? ¿Estamos seguros de que con esos 15cm demás lanzamos veinte metros más lejos? O diez, si queramos ser más conservadores. Es cierto que pescando desde rocas altas tener una caña larga puede ayudarnos a mover mejor el señuelo porque conseguiremos mantener la puntera más cerca de la superficie, pero no es igualmente cierto que esa misma caña aportará alguna ventaja a la hora de sacar el bicho del agua – por cierto, otro tema de largas y penosas conversaciones que afortunadamente parecer ser una reliquia del pasado.

En los largos años que he estado pescando por varios sitios, raras veces he realmente echado en falta una caña más larga o más corta. Una vez quizás lanzando desde las rocas de la Graciosa con una varita de 7’ quizás me sentí un poco “enano” pero aparte ese episodio, en general me he apañado bien con cualquier cosa, y cuanto más corta la “cosa”, mejor me sentía porque podía, con movimientos más exactos y menos fatigosos, sacarle más provecho al señuelo. En el trópico he pasado de las Lamiglas de 8’6 a la Daiwa MuraMura de 7’6” sin por eso perder parte de mi virilidad o eficacia en pesca, quizás al revés. Lanzo casi igual de lejos, y sinceramente quedemoniomeimportadelanzarmásdeeso. Meneo el señuelo que casi parece que se pescar y durante la pelea controlo mucho más la situación, amén de cansarme la mitad. Lo mismo me pasa con el spinning nacional, ahora la caña más larga que uso es una 7’6 (2,25m) y si puedo busco una 6’6” (1,95m), que desde la borda de un barco me sobra.

Las ventajas que les veo a las cañas cortas son varias y ni sé si debería de mencionarlas pero ya que hoy estoy de buen humor entraré en detalle. A paridad de modelo/marca son más ligeras, parece una tontería pero no. Son más precisas en el lance, por si a alguien que pesca en mar, a estas alturas todavía le interesara. Ofrecen una mejor leva en combate, reduciendo – a paridad de potencia – los tiempos de las guerreas. Son mucho más manejables y ofrecen un control bien superior del señuelo, amén de dirigir la acción con más talante – la gana que tenía yo de usar este término – y exactitud. Una caña larga, bajo mi insano punto de vista pierde gran parte de esas características y gana un poco de distancia de lance, siempre que el sujeto lanzador - llamado también pescador - sepa sacarle provecho, y quizás puedan lograr una clavada más efectiva a larga distancia. Dicho esto vuelvo al tema principal de esta afiebrada historia, aún así, ¿esos famosos 7, 10 o 15cm realmente se aprecian tanto? Mi respuesta es un rotundo NO – en mayúscula por si a caso – y si alguien me dice che el con una caña de 7’6” consigue hacer cosas que no podía lograr con una de 7’ no le creo.

Ahora, una vez firmada una declaración tan extremista tengo que decir que todo podría cambiar si estuviéramos hablando de la pesca en agua dulce, la del Black Bass en cabeza, sobre todo para los que compiten. He tenido la oportunidad de hablar con varios de ellos, hasta gente que ha pescado el Bassmaster y tienen unas necesidades que nosotros, lobitos de mar, ni las soñamos. La precisión que requiere ese tipo de pesca, el control sobre el señuelo y la variedad de cebos que se usan, y de cañas para cada modalidad, la ponen en otro nivel bastante lejanos del nuestro. Raras veces, por no decir nunca,  nos encontraremos en la necesidad de colocar nuestro artificial en un espacio de dos metros cuadrados a quince metros de distancia, o de notar la picada de un bass resabiado pescando a un drop shot o un jig con tráiler en catorce metros de profundidad.

Nenes, diez centímetros no son na’, no merece la pena comerse el coco por tan poco. Como siempre digo en mis más sabios y aplaudidos discursos (¿?) dejemos de preocuparnos por la medida y aprendamos a usarla...la caña. Digo.

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4 thoughts on “Cuestión de centímetros

  1. Abe

    "Shiquitita y juguetona" pues sí, también prefiero caña corta, sobre todo 2,10 es lo que más uso desde hace años, quizas eche en falta una caña algo más larga pescando en playa pero seguramente sea por esa sensación de no ir proporcionado ante la enormidad del entorno, pero vamos, corta, cortita.

  2. Uroko

    Nicola qué hay del "esfuerzo" al lanzar? Si algo he notado es que parece que las cañas más largas requieren menos "esfuerzo" o quizás "dedicación" para lanzar lejos... Quizás a la larga sea una ventaja...

  3. PCh

    En efecto tienes razón en que da lo mismo 8.6 que 9 pies
    E incluso da lo mismo 7 pies que 7,5... Pero creo que es un poco psicológico el que a la mayoría nos guste pescar con cañas largas. Es algo parecido a lo que hablábamos en dias pasados sobre los carretes: parece que como no tengaos un carretaco bien cargado, no vamos seguros a pescar. Es decir, es algo psicológico. Tengo, desde hace años, una fenwick de 2.10 en tres tramos, y una lamiglas en 8.6. Ambas fantásticas. La primera lanza 7 -23 y la segunda 15-40
    Os aseguro que en la playa las dos van muy bien, y que la 7 pies te da las mismas alegrías que la otra... Pero hasta que no te acostumbras, prefieres pescar con cañas largas
    Manías del coco ....

  4. Gaizka

    Ya que sacas el tema del black bass, yo combino varias de mis cañas de bass con la pesca en el mar, o en aguas salobres al menos, y para mi sí que son importantes esos centímetros de más. Unos centímetros de menos te dan comodidad y ligereza, especialmente si donde flotas es poco más que una lata de coca cola longitudinalmente cortada, pero unos pocos centímetros de más te dan un poco más de lance, un poco más de potencia de clavado, y un mejor control del pez cuando se mete debajo de la chalupa.

    Para mí lo más importante es encontrar la medida en la que te encuentres cómodo, porque cada uno pescamos diferente y además, somos diferentes. No es lo mismo un tío pequeño que uno grande, así de simple. Y luego están las manías: a mi, por ejemplo, me gustan los mangos relativamente largos (de las cañas, que ya se por donde vais..) y si quiero un mango a mi gusto, para tener la misma longitud por encima del carrete respecto a otra caña de empuñadura más corta necesito que la longitud total de la vara sea ligeramente superior.

    Para la pesca ligera que suelon realizar, mi medida ideal son los siete pies. Y ahora que me ha dado por encargar las cañas customizadas cuando puedo darme un capricho, si el blank elegido es inferior a esta medida, pido que me lo alarguen; incluso estoy pensando seriamente en mandar alguna caña comercial a que le metan otros cinco centímetros atrás, es algo que de verdad noto mucho. Puedo pescar y sacar los mismo peces con un talón más corto, pero se me hace más incómodo.

    Y un donde sí se hacen necesarias las cañas largas de verdad, y unos cuanto centímetros de más son necesarios, es en los pedreros con mar fuerte. Ahí una caña larga no solo te da el lance necesario, sino que te permite apartarte de las olas, y eso ya es por seguridad.

    Disculpadme por la chapa pero las cañas son mi vicio y al tema este de las longitudes le he dado muchas vueltas.

    Saludos!

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