¿Radicales? ¡No gracias!

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Tenemos ya bastante radicales por el mundo que no nos hace falta ni uno más, o eso creo, por esta razón me gustaría volver por un momento a abrir el debate sobre la captura y suelta, un tema que dimos por zancado hace un tiempo y del que no se ha vuelto mucho a hablar. Hace ya muchos años me presentaba en los foros llevando el estandarte de la captura y suelta en el mar; recibía mi buena dosis de abucheos y tiraba p'alante, como si la cosa no fuera conmigo. Era un radical, o por lo menos actuaba como tal porque, a mi manera de ver las cosas, en ese momento hacía falta. La cultura de la captura y suelta no estaba ni desarrollada ni mucho menos presente en la mentalidad general, y pensaba que a lo mejor hacía falta subir un poco más el volumen, para que se me oyera mejor. Era una batalla que quería librar si o si, e intentaba poner semillas allí donde podía, con la ayuda de unos pocos cruzados, que apoyaban el "movimiento".

Casi quince años después las cosas han cambiado, muchos en algunos casos y poco o nada en otros. Dejamos de lado los que no solo no han querido cambiar el chip sino que todas las veces que han podido han vendido el pescado, superado los cupos máximos de captura y alardeado de su insuperable ignorancia y falta de civismo, para esta gente no hay nada que se pueda hacer. Vamos a lo bueno, a la botella media llena y nos centramos en todas esas personas que se han dejado atrás las escabechinas de la edad media y aquellos que desde sus comienzos, se han dedicado solo a la pesca con cebos artificiales y han devuelto el pescado al agua con cuidado.

También aquí hay algún que otro radical, conozco algunos que ya no se atreven a matar ni una mosca, y que cuando se le muere un pez casi le hacen un funeral y se ponen de luto. Tampoco es así y os cuento porque pienso que hay que moderarse. Mi frustración más grande, teniendo en casa dos fieras que adoran el pescado y que por lo menos tres veces por semana lo piden a gritos, es que nunca lo que pueda preparar en la sartén o en el horno es de mi cosecha. Creo que hay pocas cosas tan bonitas como compartir con tu familia o con unos amigos en una buena cena, algo que tu mismo hayas engañado, peleado, capturado y hasta limpiado y cocinado. Osea, lo que por vivir tan lejos del mar, nunca he podido hacer. Esto significa que si un día tienes la suerte de pescar ocho Llampugas, que devuelvas siete y te quedes con una para la cena, no tienes porque sentirte culpable o que de alguna manera estás afectando al medio marino o desequilibrando el ecosistema. Simplemente has actuado como tus ancestros, pescadores o recolectores, que vivían de lo que eran capaces de atrapar o cultivar con sus callosas manos.

Dicho esto, sigo disparando a ráfaga contra los esquilmadores que nada dejan con vida con la escusa de que si hay que hacer un favor al vecino, a un amigo o al portero, y que matan todo lo que sube a bordo, como si mañana se acabara el mundo o el arcón no estuviese al 100%, que por esto me ha costado 500 pavos. Llevarse algo para la cena=bien. Llevarse todo para la vana gloria=mal. No busquemos escusas, no nos hace falta matar todo por compromisos con terceros, son mezquinas escusas que se caen por su mismo peso; esta gente mata todo para dar de comer a su ego y su egoísmo, y luego se queja que ya la pesca no es como antaño...

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7 thoughts on “¿Radicales? ¡No gracias!

  1. José Luis

    Tengo la lección por aprendida o eso creía hasta hace pocas fechas en las que tanto yo como mis acompañantes nos percatamos de que aun nos queda por estudiar y aprobar alguna asignatura.

    Devolver a su medio un pez que se ha capturado desde costa es muy sencillo, vasta con darle algo de oxigeno y le veremos mover su colita en dirección contraria a la orilla, distinto resulta embarcado con peces capturados en profundidad, para ellos no basta en muchas ocasiones con oxigenar, incluso en animales de la misma especie como las Serviolas hay diferentes formas de recuperarse, siendo las Dumerili las que más sufren y es ahí donde se hace necesario tener la lección aprendida y llevar los medios apropiados y preparados para obrar.

    Una aguja hueca con al menos 2/3mm de agujero y no más de 4mm de grosor para poder practicar el desinflado de su vejiga. Un peso superior a los 5kg con suficiente cabo como para hacer bajar el animal hasta los 20m con un sistema de suelta en profundidad, son elementos que al que suscribe y acompañantes no les faltarán de ahora en adelante. Vamos aprendiendo y aprobando.

    Como decía hace años un conocido; "hay quien nace cochino y muere cerdo", menos mal que no simpre es así, lleva su tiempo, pero son muchos los que hacen funcionar sus neuronas y se van acercando a practicar una "pesca recreativa responsable".

  2. Ignasi

    Hola
    Me parece una muy acertada reflexion y comentario. Suscribo la apuesta por el equilibrio (opuesto al radicalismo). Practico la c&s habitualmente, pero comrendo perfectamente los que se llevan algunas piezas, de tamaño adecuado. Faltaria mas. Lastima que sigan habiendo muchos Que arrasan sin sentido (se joden el mañana, hañando claro). Es un tema de tiempo y educacion, ya llegara

  3. jose luis ( bernardeau )

    por fin se puede hacer algún comentario a estos magnificos post ............ya era hora

    estoy convencido que muchos de esos pescadores que hacian verdaderas matanzas han cambiado su forma de actuar gracias a gente como tu
    tambien te digo que hay familas numerosas , muy numerosas .............

  4. Femés Elvira

    Me considero una de esas "semillas", y sinceramente vivo en ese punto intermedio al que siempre me refiero como el ideal: procurar ser lo ménos dañino con las presas, con el medio... pero igualmente saber aprovechar los recursos que tenemos cerca. Por tradición, y por gustos culinarios como comentas, es más que lógico llevarse lo necesario, pero no usar esta excusa como via para llenar la nevera del barco.
    Como todo en la vida, hay un púnto intermedio y no radical, un punto estable y equilibrado que todos debemos encontrar, y en el mar es muy necesario.

  5. Santiago (Jamel)

    Por desgracia y por lo que veo siempre que salgo a pescar, es que nada o casi nada ha cambiado. Los que soltamos 9 de cada 10 seguimos siendo una minoría.
    Sí, yo también me llevo pescado a casa aunque es más fácil para mí devolverlo, que limpiarlo y cocinarlo para la familia. No me avergüenzo de ello.

    Como has nombrado, los peores son los que vienen a la isla en coche y se ponen a "pescar" una semana para llevar el maletero del coche con un congelador repleto de pescado que ni cumple la talla mínima. Alias ESQUILMADORES

    ¿Dónde está el control de la administración?
    Sería tan fácil como poner un guardia en el puerto, por favor abra la maleta y un multón que quite el hipo y las ganas de hacer golfadas.
    En los últimos 2 años de salidas, no he visto ni un control, ni siquiera pedir la licencia ya ni nombro, un control de tallas mínimas.

    Lo mismo con las lapas, langosta canaria...

  6. No podría estar yo más de acuerdo con lo que has escrito Nicola, de hecho dediqué en mi blog hace poco una extensa entrada muy parecida que me gustaría modestamente compartir pues quizá sea del interés de algunos:

    http://pescadenton.blogspot.com/2011/10/captura-y-sueltaes-suficiente.html

    Me gustaría añadir que en mi opinión, es mucho más responsable un pescador que se lleva algunos ejemplares para comer pero no compra pescado proveniente de la flota profesional, que no uno que lo suelta todo y luego compra en la pescadería. Hay que ser coherente en todos los aspectos de la vida, y la moderación es la clave de todo. Las escabechinas, como bien dices, ya deberían de haber pasado a la historia, pero no olvidemos que las más grandes las provocan los profesionales y a éstos los mantenemos yendo a la pescadería...

  7. PCh

    DEsgraciadamente, aún hay quien cuando hace una buena pesca, le llama "matanza" aquí en las costas malagueñas. Incluso te llaman pijo si sueltas un pez. Creo que la postura de Nicola es acertad, y yo la practico. Guardo un pez de vez en cuando, y suelto todo lo que puedo. Y desde luego, nunca guardo nada pequeño.

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