Me queda una hora antes de marcharme hacía la T2. Dos horas de vuelo hacía Bruselas y mañana en ruta intercontinental hacía Chennai y finalmente, el último avión, el que me llevará a Port Blair.
Me hace ilusión volver a ver A Darran y Akshay, dos seres humanos encantadores. Tengo ganas de pescar de nuevo en las aguas del Golfo del Bengala. Pasear Sister Island, Cinque Island, y cruzar hasta invisible Bank.
Conmigo 5 apasionados de popping y jigging, deseosos de ver lo que pueden llegar a ofrecer esos arrecifes y bajos del Indico. Servidor, con unas ganas que te mueres de catar las nuevas zonas de Jigging, desde donde ya han salido Dogtooth de gran tamaño, y muchos se han quedado por el camino.
Quedan horas. Unas cuantas. Un viaje tremendamente largo, por eso llevo libros y pastillas para dormir. Pero me marcho con ilusión y muchas ganas. En unos 15 días os contaré como ha ido la cosa
No sabría muy bien por donde empezar. Un viaje de pesca que sale mal deja mucho espacio para la interpretación, especulaciones, pajas metales y todo lo que sigue. Pero así es de crudo y sencillo, volvimos de Sao Tomé con el rabo entre las piernas. Apaleados y castigados por animales desganados y poco agradecidos.
No tengo mucho tiempo para alargar el cuento más de lo que me permite el sueño y el mogollón de trabajo que me he encontrado a la vuelta así que voy a ser escueto. Hemos estado pescando como bestias 5 días seguidos para sacar una docena de bichos de tamaño entre mediano y pequeño. No hemos tenido situaciones de gran emoción, descargas de adrenalina o picadas demoledoras. Trabajo. Mucho y mal pagado.
Eso si, Sao Tomé merece una visita. Mejor dicho, para pescadores que están acostumbrados a viajar por medio mundo encontrarse con un lugar que dista menos de 6 horas de la capital Lusa, es una bendición. Además de esto, se puede contar con un alojamiento de excepción como el del Omali Lodge, buena comida, un barco excelente y un skipper amable, enrollado y paciente.
Me ha picado la islita de las narices y pienso volver. No puede ser que no haya pesca, ya sea en Príncipe o en donde tercie. No me lo creo. He visto los profesionales como pescan y lo que pescan, y estos hombres desde luego, sobre todo si han dejado el vicio de la dinamita, no pueden esquilmar aquello. Van con escopetas de perdigones y a lo mejor hay elefantes. Si es que los hay.
Si es que lo hay.
Una semana es una semana. He lanzado señuelos en lugares mucho peores y con peor pinta con mejores resultados. No me rindo. De momento no me rindo y quiero volver. Malditas Cuberas, ¿donde os habéis metidos?
Este fin de semana me he divertido trabajando un poco en mi nuevo juguete, los Wind On Leaders. Se trata de unos bajos que en su momento se desarrollaron para la pesca al curricán, y que ahora hemos repescado, modificándolos, para el popping tropical.
Descubrí y aprecié su uso en Cape Cod, el pasado Noviembre, y me quedé con la copla con la seria intención de replicarlos una vez en casa. Después de los twisted leaders que se introdujeron hace ya unos dos o tres años, estos me parecen la propuesta más interesante y más “novedosa” a la que dedicar un minuto de nuestro tiempo libre.
Como ya sabréis, se trata de unos bajos construidos para poder ser utilizados sin hacer nudos que puedan dificultar su paso entre las anillas. Se componen de un pedazo de monofilamento del grosor y espesor deseado, ensartado en un trenzado hueco con el que previamente hemos creado una lazada.
En este post no puedo describir el paso a paso, se trata de mi primera experiencia y no estoy del todo seguro de la calidad de mi procedimiento. Además, no he tenido tiempo de hacer más fotos de la que podéis apreciar al principio. Sin embargo, ya he contactado con algunos amigos que parecen ser bastante expertos en el tema para ir afinando el paso a paso y poderlo entonces describirlo en este blog.
He descubierto que después de los assist hook, esto es el bricolage más interesante al que me he podido dedicar últimamente. Volveremos a hablar de esto muy pronto.