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anjova, pejerrey, tallams, chova, estrecho de gibraltar, spinning, super finderEn invierno en el Estrecho aparecen Anjovas y Palometones, así me cuenta el amigo Paquito y así me lo aprendí yo. En el delta es tiempo de Lubinas, antes en el río y finalmente por la costa, supongo poniéndose a tono por sus menesteres sexuales, ya que al tocar solo una vez al año se intentan disfrutar por más tiempo posible. Por Cádiz se la gastan con las Corvinas y en Canarias parece no faltar de nada.

Es curioso y al mismo tiempo natural que en una costa con una extensión y latitud tan desarrollada haya realidades tan diferentes, a veces a poco kilómetros de distancia. Después de mi diminuta y probablemente equivocada introducción podríais colaborar para diseñar un poco el mapa de la pesca en España en estos meses, digamos hasta que la primavera coja fuerza y Lorenzo empiece a calentar el agua.

lubina, spigola, robalo, robaliza, delta del ebro, spinningSé que tenemos aficionados repartidos por todo el territorio español, así que, si cada uno colabora un poquito podríamos tener una panorámica interesante, sobre todo resultaría relevante saber si hay alguna que otra diferencia en dos lugares que estén muy cerca entre si, por ejemplo el litoral murciano y el Mar Menor, o Menorca con Ibiza, por decir algo. Sería igualmente entretenido saber si hay circunstancias especiales en determinadas zonas (centrales nucleares, salidas de aguas cálidas, ríos etc.) donde se crean ambientes que de alguna manera se han alterado y que albergan especies que a lo mejor no debería de estar allí en esta temporada.

Diría que este mapa no debería de crear peligros de sobrepoblación de pescadores en una determinada zona, al tratarse de una estación muy concreta el ataque de los oportunistas no habría de ser masivo y, sobre todo, tampoco creo que tengamos que desvelar ningún secreto indicando puntos concretos, a menos que no creamos que el desagüe de una nuclear quede oculto a los demás.

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Se echa un poco de menos el calor del trópico, yo no soy persona de frío, hiberno como los osos y a partir del primero de noviembre ya estoy con la cuenta atrás esperando que la primavera vaya subiendo las temperaturas y preparando nuestros cuerpos al  espléndido verano. No me queda nada. Sin embargo, hace ya un par de semanas, abrigado con dos pares de calcetines y más capas que una cebolla roja aguanté y disfruté como un enano de las rígidas temperaturas que repartía el Estrecho. No me hicieron trabajar na’ esos dos delincuentes con los que compartía quilla, prácticamente me quedé de fotógrafo todo el día porque no paraban de sacar bichos los muy jodíos. Ya vez, los jovenzuelos pasándolo bien y el abuelo currando, eso no puede ser.

Pero ese calorcito... No solo se trata de no pasar frío sino más bien de pasar calor, algo que los huesos, por lo menos los míos, agradecen. Sentarse en la terraza del lodge o en el puente del barco de charleta sin tener que ponerte ni un triste jersey de algodón, y en pantalón corto, que gozada. Y el vinito blanco que entra como una bendición, o esa cerveza espumosa. Que claro quede, falta no hace irse hasta el medio del planeta para disfrutar de todo esto, un junio cualquiera en L’Ampolla te proporciona emociones similares y encima, a lo tonto, te ahorras 3000 eurillos, que ya han dejado de crecer en los chopos.

En menos que cante un gallo estamos repartiendo regalos debajo de las ramas de un abeto, orgánico o de plástico, y atiborrándose a pavo o marisco, los que puedan, o lo que ofrezca Caritas para muchos, demasiados diría para este siglo XXI que se ha levantado con el pie izquierdo. Pero hasta que se empañe la ventana cuando me acerque seguiré hibernado, esperando a que las marmotas salgan del agujero para asombrarme una vez más delante de la naturaleza que resurge quitándose de encima la brutalidad del invierno. Me parece que me quedan unos meses en dique seco, sin Lucios ni Lubinas, habrá que aguantarse y seguir asomando la cabeza de la cueva de vez en cuando, para ver si sale algún brote que trae buenas nuevas. Eso sí, seguiré escribiendo, que me lo pide el cuerpo

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Imagino que algunos de nosotros al llegar del invierno se retiran un poco de las escenas, y dejan a la pesca en segundo plano esperando la llegada de la temporada mejor. Para uno de secano como yo, que vive lejos del salitre y que sale a pescar cuando vuelan los burros, aguantar el mono resulta más fácil por costumbre pero los que estáis acostumbrados a tocar agua más a menudo ¿como engañáis el tiempo que parece no pasar nunca?

Seguro que habrá los que se dediquen al bricolaje. El Rod Building últimamente se ha puesto muy de moda, así como construir sus proprios señuelos, que por cierto hay verdaderos artistas en el país y también arreglar los equipos tiene que ocupar cierto espacio durante los meses más muertos. Por ejemplo este es un tema que me interesa, sobre todo para conocer como la gente cuida de sus cosas ¿que tipo de manutención hacéis a carretes, cañas señuelos y accesorios?

¿Hay alguien que suele leer libros de pesca? Últimamente he tocado un par de ellos, más bien de peces que de pesca, y los he encontrado muy interesantes. Suelo comprar libros en inglés y me pregunto si en español se encuentra bastante material o si las traducciones escasean. ?Alguien ha leído Cod de Mark Kurlansky? Este si que está traducido probablemente como Bacalao, y es la mar de interesante pero hay más y si alguien estuviese interesado que me lo diga y ponemos un listado más completo.

Seguro que algún pirado, como este servidor se pone a montar wind on leaders y assist hooks, me resulta harto entretenido y sobre todo relajante, y me hace sentir menos lejos de la actividad de pesca, de hecho resulta en una preparación como si estuviese a punto de ...

En fin, hay muchas cosas por hacer para matar el gusanillo, cada cual tendrá sus menesteres que contarnos, estamos a la espera de vuestros comentarios, gracias.