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En plan vamosadisparartodosloscartuchos empieza una serie de escritos que podríamos bien definir seniles y henchidos de arteriosclerosis o pueriles, ambas definiciones válidas conociendo la pluma (teclado) de donde vienen paridos. El tema de hoy es el (los) paseante(s) favorito(s); tócate las narices. Piano piano llegamos a la cumbre de la literatura más exquisita entrando de derecho en los temas trascendentales que mueven este planeta, vamos que me espero que hasta Punset ponga un comentario a este enigmático artículo.

¡Buuuf! Ya ni sé por dónde empezar, el dédalo es intricado y ni el hilo de Ariana me salva del Minotauro. Por cierto, el Minotauro ese, ¿no resulta curioso que tuviese aspecto de toro y se comiese a las pirsonas? Así estaba el hombre-tauro, como las vacas locas por comer lo que no debía ... En fin, volvemos a lo nuestro que parece que me estoy escaqueando. ¿Porque el paseante, se preguntarán los más atrevidos? Pos fundamentalmente porque es el primer señuelo que se me ha ocurrido, pero si queréis una explicación más afín a la profundidad del argumento os diré que para mi representa el sentido más metafísico de la pesca, por su airoso moverse por encima del esplendido mar azul, dejando una estela que alimenta esperanza y retiene la respiración.

Dejándonos de épicas y tragedia griega en realidad el paseante tiene excelentes posibilidades de ser mi señuelo favorito. Me brinda (¡que palabra más fea y cursi es esta!) la posibilidad de poner en marcha el programa “fantasía” y jugar con ello sabiendo a ciencia cierta cómo responde a mis impulsos amén de ser objeto de picadas espectaculares. Me entretiene y me hace pensar en lo que estoy haciendo porque al poder observar su movimiento me concentro más en ello, esperando ver el agua que se abre. Vamos a abrir un pequeño capítulo técnico.

El tacataca del paseante lo conocemos todos, así nos han enseñado y así lo movemos: zig-zag-zig-zag etc. Bonito y efectivo pero hay vida más allá de la imitación de la culebra coja, así me lo aprendí yo (ojo que empiezo con una historia que ya he contado mil veces). Delante de un arrecife Australiano repleto de peces, dos japoneses pequeñitos pero matones me estuvieron pegando la clásica zurra olímpica hasta que, al 10-0, dejé por un momento de pescar para ver qué era lo que hacían los amigos asiáticos. En primer lugar usaban unos paseantes grandes como un gato montés, luego noté que los movían de una forma para mi novedosa e intenté aprender sobre la marcha tal ingenioso sistema. Inútil decir que mi suerte en aquel día cambió y que todavía sigo agradecido a mis compañeros.

Traían el paseante como si se tratara de un jerkbait o un vinilo recogido a tirones suaves y alargados para que se deslizara sobre el agua entrando y saliendo y dejando ver los flancos hasta parecer un pez (o un gato montés, que la barrera de coral está llena) herido o por lo menos borracho, que suele ser lo más habitual. Este movimiento he descubierto que no se puede hacer con todos los walking the dog, hay algunos que por su estructura y disposición de pesos no se dejan ni enseñándoles un billete de cien euros, pero los menos ariscos sí que juguetean.

Otra cosita que he ido aprendiendo es la de jugar con la velocidad, que diríais vosotros: “Nene esto es de cajón”. Si y no, en el sentido que la velocidad que subimos no es tanto la de la manivela, que veremos en un rato, sino la de la puntera de la caña, que a mismas revoluciones del tambor se menea más. Luego existe la acción “Deltafast” que usan mis compis de pesca: olvidándose de que han enganchado un paseante el final de la línea lo trabajan como si fuera un pencil popper recuperando a la velocidad de un Red Bull hasta que una anjova, palometón o bolso de plástico se enganchen o hagan un amago de ataque. Por cierto la del bolso de plástico es una de las picadas más bonitas, sobre todo por la cara que se te queda una vez que la has clavado.

En fin, mi amigo el paseante convendría de sacarlo con manual de instrucciones, no es fácil hacerse con él; recuerdo un ex compañero con el que compartía sesiones de Lucio, conocido pescador, que una vez obligado por las circunstancias a usar un paseante lo quitó exasperado por no conseguir moverlo según la ley. Aún así deberían de poner en las cajas: “Usad con moderación, produce adición”. Es más que cierto.

Finalmente he llegado al momento de desvelar mis favoritos, cada uno con su porque y por cómo, el orden no es por importancia. 1) Habano de Alle’s Lures por haber contribuido en manera tangible a subir vertiginosamente la cantidad y calidad de mis capturas en los últimos años, desde que Alessandro me dejó uno para probar y al final tuve que guardarlo en una urna de cristal por méritos de guerra. 2) Molix Punitor. Recién descubierto, me permite, el que mejor, trabajar “japanese style”, manteniendo el tipo y seduciendo peces mejor conocidos como Lubinas. 3) Mirrorlure Top Dog, por aquel sonido redondo y profundo que emite en su ladear ancho y preciso y por la cantidad de Lucios que he sacado con el. 4) Excalibur Súper Spook (Zara Spook) por haberme enseñado mucho de lo que se sobre los WTD. 5) El nuevo de Molix, bonito donde los haya y con una acción que combina el estilo clásico con el más novedoso, que ya estoy probando y que será disponible en primavera del 2013.

Aquí me tenéis caballeros, con las gafas de leer puestas para devorar vuestros extrovertidos comentarios.

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Últimamente me ha entrado el gusanillo de los crankbaits, esos señuelos regordetes con unos baberos que parecen el pico de un pato y que son tan conocidos entre los pescadores de Black Bass. De vez en cuando, mientras pescaba en lugares con más profundidad ponía uno para ver que ocurría y la verdad es que a parte una oblada no he tenido mucha más suerte pero no por esto voy a tirar la toalla.

Sin embargo se con seguridad que muchos pescadores los usan con éxito para las Lubinas por ejemplo, y se me ocurre pensar que peces de fondo como Dentones o mero podrían apreciarlos también. El rollo es que con esas palas son muy duros de recuperar y lo mejor es usarlos con equipos de casting y la verdad es que carretes de ese tipo específicos para el mar hay muy pocos y bien caros ¿Vosotros tenéis alguna experiencia de pesca con ellos?

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El Brugas en versión original

Ya había oído muchas historias sobre este señuelo de Molix y me parecía bastante curioso que un señuelo aparentemente tan normal pudiera tener tanto éxito y con especies muy diferentes. La primera campana sonó en el Estrecho cuando el amigo Vincenzo se marcó un doblete de Lubinas en un pedruzco que seguro estaba bien trillado por los locales. ¡Un lance y zac! Segundo lance y cae otra ! Ya estaba la mosquita tras la oreja, así que la mañana siguiente lo puse y pegué un par de Bonitos, así como el que no quiere la cosa. En Bolonia, durante la feria pude hablar con muchos compañeros que pescan en diferentes partes de Italia y me entero que Marco, un chico que vive cerca de Venecia pesca en el delta del Po y para los Palometones usa sobre todo el Brugas que, según dice es probablemente el señuelo más eficaz que haya probado. Finalmente, pescando con Oriol en el Delta me entero de que a un Brugas que le había dejado le ha entrado un Atún que al poco se soltó. Le enseñé mi caja de señuelos y saqué el Brugas que tenía montado con un anzuelo sencillo, listo para ser usado. A la primera pajarera que encontramos lo lanzo y mientras recupero la línea se afloja, un segundo después un Atún ya de tamaño dolor de espalda se  manifiesta en toda su gordura y con delicadeza abre la boca, escupe el milagroso señuelito y se da la vuelta. A la siguiente pajarera otro Rojo le mete un bocado pero no se deja atrapar pero las pruebas son incontestables, ese pequeñajo funciona.

El Brugas con los anzuelos originales y en la derecha ya con "hierros" para el atún

¿Pero porque le gusta a tantas y diferentes especies? Personalmente creo que su primera ventaja es la de poderse lanzar lejos, para una pesca como la del Atún u del Palometón desde tierra seguramente es una ventaja. Tiene un movimiento muy atractivo, menos nervioso del de un jerkbait y además en virtud de la distribución del peso tiene una acción ganadora hasta en caída, con un movimiento tambaleante que simula un pez a punto de palmarla que se va hacía el fondo. Baja bastante y según se trabaje se puede hacer nadar a diferente profundidad, una versatilidad interesante a la hora de escanear las diferentes capas de agua y finalmente no lleva sonajeros de ningún tipo, algo que empieza a gustarme cada día más.

El Brugas montado con anillas de de 57kg y anzuelo Decoy del 4/0

Para las Lubinas se pueden dejar los anzuelos originales pero el Palometón ya requiere un pequeño cambio, con unos triples más robusto o un sencillo en la cola (es un señuelo corto). Si se quiere utilizar para el Atún entonces es indispensable ponerle un sencillo en la cola, hasta con un assist muy corto y cambiar la anilla del morro y la del anzuelo para unas más fuertes. El Brugas mide 85mm y pesa la friolera de 20g, ¡vámos más compacto imposible!En fin amigos, colaborar con una marca seguramente hace que uses mayoritariamente sus señuelos, pero esto te permite descubrir poco a poco ventajas y flaquezas de cada uno de ellos, y como soy una persona instintiva una vez que encuentro algo que me gusta aquí lo pongo para los curiosos que siempre están buscando cositas nuevas. Gracias por vuestra conmovedora atención 🙂

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