En aquel de Omán, la tarde que decidimos acampar en una de las islas, nos encontramos con la flota del hijo del Emir de Dubai. Una cosita modesta, tres barquitos, un nodriza cualquiera y poco más. Al pavo, parece ser que le va la pesca del atún de aleta amarilla, y como se aburre pescando solo lleva consigo algunos amigos, digamos hasta 50 o más, ya que espacio y barcos no le faltan. Lo que sigue es la muestra del poderío del oro negro, de la exageración desmesurada, del exceso disparatado. Ni las mayores flotas profesionales cuentan con tal apoyo de medios, ni francamente creo, falta le haga. En fin, nos quedamos asombrados delante de tanta opulencia, realmente se hace complicado entenderlo, pero es así, espero que el hombre se lo pase bien pescando por lo menos...