Seguimos chiclosos, otra de monofilamentos

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Hace un par de semanas volví a turbar la tranquilidad de mi amigo Oriol y okupar (con K que suena más radikal, y dale ... 🙂 ) su barco por un par de días. Nos esperaban un sábado y un domingo con una climatología muy diferente, por lo tanto interesantes ya que nos iban a permitir tocar varios aspectos de la pesca en el Delta. Diversión hubo pero no vamos a hablar de ello ahora, sino de un asunto que suma y sigue el de las cañas parabólicas: el uso del monofilamento.

Team Daiwa Bradia 2000 con Fluorocarbono Molix Enki de 8 libras

Los antecedentes remontan al año pasado cuando metí unos metros de nylon en un stradic 1000 que tengo del año de la polka, quería usar más los vinilos sin plomos y con el trenzado  me encontraba a menudo con pelucas complicadas de deshacer. Esta vez, gracias a Pesca Sport pude hacerme con una bobina de repuesto del Daiwa Bradia 2000 que rellené (demasiado, cabezón que soy) con un fluorocarbono Enki de Molix, 8 libritas para quedarme ligero. En primer lugar decir que me quedé bastante sorprendido por lo lacio y suave que era el hilo. Me esperaba algo más rígido pero nada que ver con el fluorocarbono que usamos para los bajos, además este es bastante elástico otra cosa que he apreciado mucho. En pesca, a parte unas cuantas pelucas fruto de mi estúpida manía de rellenar los carretes con TODO lo que lleva la bobina de hilo, me ha divertido tanto volver a usar un monofilamento que no lo he quitado en todo el fin de semana y con ello he lanzado jerkbaits, vinilos, paseantes y todo lo que tenía en la caja.

Es curioso pero el efecto chicle no me ha molestado en absoluto, además estaba usando una Sage que tengo antes de la guerra del 15/18 y que es un sauce y se dobla solo con mirarla, por lo tanto la combinación no podía ser más absurda y tan poco de moda y la respuesta a cada solicitación o tirón que podía impartir a la caña seguramente llegaba al señuelo muy amortiguada y con un efecto muy reducido.

Entre las ventajas que he podido notar seguramente un movimiento menos agresivo de los señuelos, un dato a tener en cuenta con el pescado muy resabiado y poco agresivo, seguramente mejor dispuesto en atacar un artificial que se mueve con cierto ritmo y armonía a otro que viaja como un robot. Sin duda una gran ventaja es la de poderse olvidar del bajo, el ocho libras acababa directo al emerillón, un nudo y a correr, otro mundo: como cambiar de vida, coche u novia.

Curioso notar como la elasticidad del conjunto parecía favorecer el mordisco del bicho, que llegaba a clavarse muy bien los anzuelos, como si hubiese tenido más tiempo para atacar a fondo. A veces con el trenzado se enganchan de milagro, con una punta del anzuelo trasero pinchada en el labio, pero aquí la sensación que tenía era de que nadie o nada intentó arrancarle la comida de la boca. Pero, y a lo mejor resultará curioso, donde más a gusto me encontraba era peleando los bichos, sobre todo las Lubinas. Con la caña y el hilo trabajando al unísono y amortiguando con suavidad los tirones del pez, me notaba mucho más seguro y sin esa inquietud que a veces te entra de poder llegar a perder la captura porque se le rompe la boca o se desanzuela por llegar a arrancarle la punta del hierro de la boca.

Es el resumen que he podido hacer después de unas pocas jornada de pesca y a mucha distancia unas de otras, pero lo que quería manifestar es que me ha dejado buen sabor de boca. Esta combinación "retro" tiene migas, es interesante y a lo mejor también educativa. No está mal volver a pescar como se hacía antaño y darse cuenta que no todo lo que ha traído el progreso es 100% bueno e inmejorable, veo difícil trabajar bien con monofilamento gruesos u con determinadas especies, mover poppers o practicar pescas muy específicas como puedan ser el kabura, Inchiku o Jigging, pero para los curiosos hay un reto: ¿os atrevéis a probar?

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One thought on “Seguimos chiclosos, otra de monofilamentos

  1. Interesantes apreciaciones sobre el uso del monofilamento, he tenido la ocasión de probar los fluorocarbonos de Molix y es verdad que son sumamente suaves comparados con otros de más libraje. Su uso ha sido fundamentalmente para la pesca fondeada, en cotas de unos 20 a 30 metros, la clavada perfecta, incluso con artes tan tradicionales como el volatero, es decir, con el sedal en la mano... Pero para especies tan delicadas en la picada como las doradas es un hilo a tener pero que muy en cuenta.
    Gracias Nicola por tus apreciaciones.
    Un saludo y buena pesca
    Arturo "Caballa"

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