El otoño avanza cabroncete este año, frío pelón y las castañas que arden. Asusta un poco como antipasto del invierno, vete tú a saber qué es lo que nos espera, mejor revisar la calefacción y la caldera, la mía de marca famosa es más mala que un hipopótamo haciendo volteretas laterales. Cada dos por tres me deja sin agua caliente mientras estoy en la ducha totalmente enjabonado y si no hay nadie en casa que venga en mi auxilio la paso canuta. Cosas del hogar que a pocos importan, tiramos p’adelante que no se cómo va a acabar esto.
A si...ahora recuerdo, estaba pensando en nuestros animalitos favoritos y como atraviesan las Navidades o la semana blanca, que me da lo mismo. Ya sé, algunos se quedan. Perezosos o adaptables no se alejan de su zona, inclusive se mantienen en forma comiendo de lo lindo una vez desaparecidos sus más cercanos competidores. Otros se van pero... no se van. Me explico, antes del lanzamiento de tomates, se iban mejor dicho pero ahora han decidido establecerse por aquí una vez haberse encontrados más tranquilos y menos cercados, nunca mejor dicho. Así que tenemos a los rojos, no los de Mao sino los de Neptuno, que pastorean a sus anchas por las costas del Mediterráneo y en el embudo entre dos tierras allá donde las columnas de Hércules. No se van los jodíos ni a tiros y encima cuando llega el otoño vuelven a subir a la superficie deleitando grandes y pequeños.
¿Pero adonde van las Anjovas y los Palometones? Eso, chichos, me tiene muy intrigado. Desconsolado diría, sufro por ellas pobrecicas que migran para aquí y luego para allá, un trajín de narices para peces costeros que tampoco tienen el motor de un Atún. Pero al parecer pocos saben con exactitud las rutas de estos animales ni, por lo que tengo entendido, hay estudios científicos que avalen alguna teoría, pos claro, no tiene interés comercial y nadie se gasta un céntimo por ellos. Ni Fishbase ni Wikipedia se han enterado, y seguimos con lo mismo de siempre...que se van y se van, ya está. Lo que sabemos es que durante el avanzar de la temporada más fría se encuentran en buen número en el Estrecho, donde al parecer hacen un pit-stop, repostan a base de calamares y sardinas y probablemente siguen el viaje hacía las más cálidas costas del Atlántico norte africano. Digo yo claro, esta es harina de mi saco y se sabe que de biólogo como de listo tengo lo justo.
Aún así hay otro misterio, y es que no todos se van, algunos, quizás los más vagos o menos espabilados (o los más listos, vete tú a saber) se quedan y siguen dando alguna que otra alegría al pescador que los buscas en el Mediterráneo. ¿Y eso como se come? ¿No están todos los bichos regidos por los mismos patrones? ¿Habéis visto algún ñu o cebra que se queda en el Masai Mara cuando otros tres millones de cuadrúpedos se ponen en marcha para las cámaras del National Geografic que siempre los espera, vaya mala leche que tienen, en el río repleto de “cocolilos”? Vamos, estaría el mamífero acojonado de acabar solo aún teniendo seguro de vida y to’. ¿Y porque los peces van a su bola? Digo yo, si madre naturaleza les ha dicho que tienen que irse pues que se vayan, que sino aquí nos volvemos todos locos y no nos enteramos de nada.
En fin, cuando el jueves saldrá este delirante estornudo bloguero estaré intentando meter manos a uno de esos caprichosos y anárquicos animales en aguas del Estrecho. ¿A ver si este año se han quedado todos en el Med y me dejan sin ver cola? Es que de estos rebeldes no se puede fiar ni su padre...por cierto ¿reconocerán los padres a sus hijos?¿ Y a los nietos? Acabo aquí que la cosa va deslizando por un hoyo sin fondo y es horario de niños todavía. Saludos buena gente, que tengáis un buen fin de semana J
Sam Bosch
Aquí, que se sepa, sólo tenemos anjovas en dos puertos y alguna MUY esporádica que se ha visto fuera, ésto desde hace unos pocos años. ¡¡Antes no estaban!! Son muy difíciles de hacer picar, aunque hay "bastantes" y están todo el año.
Los palometones también los tenemos todo el año, aunque en algunas épocas es un poco más fácil verlos. Más grandes de 3-5kg son bastante bastante raros.
¡¡Saludos!!
Abe
Pues sobre los Palometones Canarios ni idea, sobre el Pejerrey estos dos últimos años algo raro hay. Les tenemos todo el año, más o menos activos pero todo el año, sin embargo como digo estos dos últimos años algo raron han hecho, al menos en Fuerteventura, mientras en la zona media-sur de la isla se les ve en la media-norte ni por asombro.
Hace dos días les tuve delante a todo meter, a todo lance y yá, ni los pequeñajos que normalmente nos hacen movernos en los pesqueros de Lubinas y Bailas huyendo de ellos se dejan ver. ¿Costumbres, ciclos, cambio climático.....? ni idea.
Miguel Angel
Muy interesante y muy complicado al mismo tiempo... Por supuesto, que falta mucho trabajo científico en el mar para dar respuesta a esta y otras muchísimas preguntas, pero la investigación que ya de por sí es cara, en el mar ya ni te cuento...
Una cosa es evidente: muchos peces y otros grupos animales están cambiando de costumbres. Y creo que hay muchas variables que contribuyen a ello...pero el cambio climático y la sobrepesca sin duda son las principales. Especies migradoras más bien termófilas como anjovas y palometones se pueden ''animar'' a quedarse todo el año en la misma zona del mismo modo en que muchas aves insectívoras que hasta hace no muchos años era impensable ver en invierno en España ahora invernan con nosotros en buen número. Luego está el tema de los peces presa...el hombre con su salvaje sobrepesca está causando desequilibrios brutales en las cadenas tróficas marinas, propiciando que especies antaño ubícuas como la sardina o la caballa desaparezcan y otras ocupen su nicho ecológico (a veces simplemente medusas...). Aquí cada vez es más difícil ver una sardina y más fácil ver una alacha o un ''moco gelatinoso urticante''...cosa que también es consecuencia del cambio climático, claro! Al final todo esto también afecta a los depredadores, de modo que a falta de caballas o sardinas, no es difícil ver cazar atunes rojos en las rompientes, haciendo saltar por los aires obladas.
Al final pinta que la cosa va a cambiar y mucho los próximos años, y se va a hacer cada vez más difícil averiguar a donde y cuando se van los peces que nos gustan. Vamos que muy complejo el tema!
un saludo