Tengo un recuerdo muy vivo de la primera picada a un señuelo artificial, tenía unos 10 o 11 años y estaba en Toscana pescando Truchas Arco Iris en un pequeño pantano repoblado donde se pagaba para pescar. En aquellos tiempos mi máxima diversión era pescar en lugares de este tipo, o bien Truchas o Carpas con maíz, con boya o a fondo. Resulta que un día en alguna tienda local había comprado una pequeña cucharilla y no tenía la menor idea de como utilizarla, por lo tanto en una de mis tardes aventureras decidí atarla justo donde debería de haber estado un anzuelo con una lombriz: debajo de plomo y boya... Sin saber lo que estaba haciendo lancé en el medio del estanque y de pura casualidad me puse a recoger ya que imaginaba que aquella palita cromada que giraba alrededor de un eje debía moverse para que todo el arretranco tuviese algún significado. Por mi mayor sorpresa y asombro tuve una picada y se armó la de San Quintín porque el animal que decidió gastar calorías para atacar un cacho metal resultó ser, según cuenta la leyenda, muy cabreado y de tamaño importante. De repente, un enano rubio y probablemente con pantalón corto se había quedado totalmente paralizado, aguantando la caña como podía y pidiendo ayuda a ser humano o divino que quisiese escucharle. En realidad había muchos señores pescando en ese mismo paraíso natural y todos me decían algo, que en aquel momento era para mi imposible de comprender sobre todo porque desconocía las palabras que más utilizaban "Apri la frizione!" que traducido al castellano es "¡Afloja el freno!" ¿El freno, eso que es lo que es? En fin, en el mismo instante en el que la súper trucha partió el hilo entendí que aquel pomo que estaba encima de la bobina tenía otra función además de desenroscarse para sacar la dichosa del cuerpo del carrete. Esa trucha de alguna manera me había abierto un nuevo horizonte que al cabo del tiempo se transformó en una afición, obsesión y finalmente en un trabajo.
Me pongo ahora a pensar en las razones que me hicieron cambiar la agradable espera del sonido de la campanilla de la caña que me avisaba que había picado algo, por un cantidad industrial de trastos que nadan, vibran, giran, salpican y que se enganchan por todos lados. Diría que entonces fue justamente el dinamismo de la pesca a spinning que me motivó, con pocos años recurridos y muchos por recorrer lo de esperar a la picada sentado en una tumbona puede resultar algo estático y si me apuras, aburrido. Seguro que me dejé seducir por aquellas cañitas cortas y manejables, carretes ligeros y el mero hecho de poder pasear ríos y pantanos con un chaleco y una caja de señuelos en el bolsillo. Me pareció intrigante el hecho de tener que buscarme la vida para poder engañar un pez con un cacharro de madera o plástico, sin olores ni chicha y a veces harto distante de lo que pudiera parecerse a un ser vivo, probable parte de la dieta de un depredador. Lo de moverse, paseando duro, y machacando orillas y campos tenía cantidad de encanto, un deporte al fin y al cabo pero iba más allá del simple movimiento. Cada paso me llevaba a un nuevo lugar, descubriendo reculas de pantanos, curvas y rápidos de ríos aparentemente mansos, y en edad más avanzada orillas repletas de rocas volcánicas, ensenadas cubiertas de espuma hasta llegar a entender como podría ser el fondo con solo mirar la ortografía de la costa. Así aguza uno los sentidos, y sin duda crece ambos como pescador y persona porque no para de ver cosas nuevas y aprender. En el fondo este tipo de pesca que tanto nos gusta, según se practique, proporciona un gran sentido de la libertad, nos deja ágiles y livianos en comparación con otras modalidades y nos empuja a trabajar duro, pero un trabajo de los buenos así como el cansancio que conlleva. Hay un esfuerzo físico que no se puede dejar de tener en cuenta, pero no hay nada mejor que llegar al coche o a puerto agotados después de un palizón de un día de pesca, de cualquier manera haya salido. Otro elemento que me cautiva es la precisión, algo que no se limita al lance sino a toda una serie de acciones que llevamos a cabo automáticamente y que sin embargo a veces no cuidamos con la debida atención y fracasamos en nuestro intento.
En fin, más podría escribir ya que el tema me apasiona, pero creo que ha llegado el momento de dejar la palabra a vosotros para que comentéis las razones por las que estáis pescando solo con señuelos artificiales, y también, ya que somos unos curiosos, con que técnica de pesca habéis empezado y como ha sido la transición al spinning, jigging o lo que practiquéis. Como siempre gracias por la colaboración.
Cañacortada
Mi primer contacto con la pesca fue con un trozo de monofilamento en busca de los pequeños peces que habitaban los charcos intermareales. Posteriormente me inicié a la pesca con corcho y esta fue la única modalidad que he practicado hasta que comencé con el spinning y el jigging. El motivo principal para cambiar fue la posibilidad de capturar otras especies, así como el tamaño de las mismas. Con el tiempo me he dado cuenta de que el spinning es una técnica que me apasiona. Es para mi sin duda la que más me llena con diferencia y sobrepasa a las otras con mucho margen. Las razones que enumeras las causas. Su dinamismo, la comodidad que entraña moverte con una cañita y unos pocos señuelos, las picadas en superficie etc.
Saludos.
Gines
Me aburria ya del surfcasting , demasiada gente , pocos peces y pequeños , no me gusta estar sentado en la playa esperando una picada , quiza el dinamismo del spinning , la necesidad del conocimiento de las distintas especies pescables y algun amigo que aparecía de vez en cuando por casa con lubinas que ni en mis mejores sueños me hicieron decantarme por esta modalidad , luego la curiosidad , los foros , internet , algun gurú amigo y mi primera quedada de spinning , mi primera lubina importante , los primeros ataques en superficie , asi que quedé enganchado y sigo en ello , ahora tengo muchos señuelos y pocos peces , me mato a patear costa a pesar de rondar ya la cincuentena , administro un foro y tengo un blog , ¿¿¿que deberia hacer??? ¿¿¿estar en el bar todo el dia como la mayoria de mis conocidos??? , ¿¿¿jugarme el sueldo en las tragaperras??? , pues va a ser que no , esto me da vida , algunos disgustos con la parienta , pero son los menos , ya me va entendiendo , asi que " pá lante " mientras el cuerpo aguante... y la jefa me deje je je je
Mebaru
Hola Nicola, queria hacer una aportación al tema de las cañas travel, ya se que el sitio para hacerlo no es este, pero es que en su post no me deja contestar.
Yo siempre he usado cañas de dos o mas tramos, incluso utilizo una pequeña telescópica UL de trucha para rockfishing cuando no preciso lances largos. Creo que son muy cómodas de usar y se acomodan en cualquier rinconcillo del coche. Respecto a lo de las cañas travel para rockfishing, recientemente he visto un modelo de la casa japonesa Olympic, en concreto el modelo Graphiteleader Finezza Compatto de 7'6" con un peso de 95 gramos en cinco tramos (total plegado medio metro) para señuelos de 0,6 a 8 gramos. Una maravilla.
Santiago (Jamel)
La culpa la tiene un amigo que un día me sacó en su zodiac, me puso una caña en la mano y me dijo lanza. Al segundo lance se me enganchó un pejerrey a una cosa que él llamaba "bucktail".
Las razones están perfectamente dichas, la curiosidad de saber por qué ataca un pez a esos juguetes, curiosidad pura, el que sea siempre diferente, lo espectacular de las peleas, el continuo aprendizaje, preparar las salidas, las charlas con los compañeros y dejo para el final el coleccionismo de "juguetes", que te tiene siempre con ganas de más.
Un rompecabezas sin fin, lleno de mar, naturaleza, soledad y compañerismo verdadero.
Gracias amigo Quique "Skipper" por sacarme a pescar aquel día de verano de hace ya 7 años.