Reports de pesca en el extranjero

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Allá va una historia para los nietos, arrecifes violentos. En los Jardines estuve una tarde entera haciendo unas fotos en tierra, me bajaron en un arrecife con mis bártulos y allí me quedé tostándome al sol.

Arrecifes violentosEsperando la mejor luz me puse en una punta a echar lances y probar una nueva caña y un paseante. Después de pocos lances pegué una Cubera que en lugar de reventarme todo del tirón, ya que se encontraba en una zona relativamente limpia, decidió tirar hacía mi para estrellar el trenzado contra una punta de coral que sobresalía a mi izquierda. Afortunadamente se soltó antes del asesinato y pude recuperar el señuelo.

Volví a mis menesteres, con flashes, filtros, sombrillas y tirando fotos de algunos productos que me habían encargado, además de selfies en acción de pesca y lifestyle. El sol empezaba a bajar y acabado con la primera parte de lo que quería hacer volví a la punta de antes para ver si esta vez - por fin - conseguía perder el paseante.

No tardé mucho en darme cuenta de que en zona había vida, más de la que me podía imaginar. Tardé un lance uno, ni dos ni tres, uno. A la izquierda de donde había aterrizado el señuelo se levanta una aleta siniestra y a la velocidad del rayo se abalanza sobre mi señuelo. Par ser más exacto las aletas eran dos, y a mucha distancia la una de la otra, sin embargo pertenecían al mismo pez. Habéis adivinado, ¡un tiburón! Arrecifes violentos, y más...si cabe.

Esta vez no hubo sorpresas, el muy animal empezó la carrera de su vida y en pocos segundos se gastó las reservas calóricas de toda la primavera que estaba a punto de caer. Me explico mejor. ¿Tenéis presente cuando el carrete empieza a vaciarse como si no hubiese un mañana y en lugar de producir ese agradable ruido que tanto nos deleita suene como unas uñas que rozan una pizarra? O el taladro de un dentista por si hubiese algún que otro aterrorizado como yo por semejante silbido satánico.

Pues eso, el tiburón apuntó hacía la Habana y en un pestañeo vació más de mitad del carrete. Cuando ya recuperado del susto estaba pensado que podía hacer para detener ese AVE sin frenos, una vez más la suerte quiso echarme un cable, y el caníbal se soltó.

Recogí y me puse a pensar si merecía la pena intentar otro lance o menos pero el sol bajaba sin piedad y si no quería perder el momento mágico mejor volviese a hacer mi trabajo. Esta foto, la que decora este trastorno literario, retrata justamente el momento en que el tiburón estaba en plena carrera. Casualidad quiso que puse una cámara en el trípode programada por 10 disparos, y al haber pegado el bicho nada más lanzar pudo inmortalizar el momento. Lo que decíamos, arrecifes violentos

Lo sé, soy el tonto de las nuevas especies. Todo el mundo buscando los trofeos o el pez de su vida y yo que me vuelvo loco por un bicho así de pequeño que no he sacado antes. Son cosas del riego, que se le va a hacer.

Este otoño, en Sudan, he sacado en los bajíos dos bichos que jamás había sacado en mi vida. Su valor como pez deportivo es cercano al cero o a algún número relativo, son como los enanitos del jardín, absolutamente estáticos, sin ninguna defensa y un combate más bien parecido a lo de una bolsa de Carrefour llena de agua, o quizás menos.

Sin embargo, al tonto ese - es decir yo - eso le mola, hacerse una foto con un pez erizo, o como demonio se le llame, es guay, y si es un pez globo que se infla como un aerostato cuando lo levantas para hacer la foto mejor que mejor.

nuevas especiesLo confieso, no tengo remedio, voy más perdido que un esquimal en las Amazonas, pero con esas nuevas especies me lo paso pipa. Para la foto he tenido que tirar de recursos míos, el que sujeta el pez es mi amigo Alessio, mi erizo y mi globo están en otra cámara y no he podido recuperarlos, sin embargo está todo grabado en vídeo, que dentro de un tiempo podrías ver en HF Channel.

Lo que me dejó muy asombrado han sido los piños de dichos engendros, sobre todo el pez globo lleva una especie de máquina quirúrgica que en un tris te corta un dedo o, si me apuras, un cacho de mano. Hay que tener cierto cuidado al manejarlos, y mantener sus fauces lo más lejos posible de tu cuerpo.

Por cierto, hacerse una foto con el erizo de las narices tiene migas, pincha el muy cabrito, y el pez globo huele como un cubo basura que lleva una semana al sol, pero son tan tieeeeeeernos... Con esos ojitos. En fin chicos, mejor os alejéis de mi persona porque esto no lleva a nada bueno. Del riego va a ser

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Dejad que me ponga algo caprichoso, hoy me he despertado así. A veces me preguntan cuál ha sido mi mejor viaje de pesca al trópico y es probable que hace algunos años hubiese ofrecido cierto tipo de respuesta. Sin embargo, con algún kilo demás, canas incipientes y menos ganas de jugar al machote inmortal, ahora mi respuesta es muy diferente. Os contaré de la pesca a orilla del mar rojo: pesca ligera en Sudan.

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