Bajo mi modesto punto de vista hay algunos elementos que son muy importante para pescar protegidos.

En concreto hay dos que quiero proponer en este breve artículo, las gafas y los zapatos o botas.

Este servidor sin gafas no llega muy lejos, al ver menos que un rinoceronte con presbicia las llevo puesta todo el día. Lo de las lentillas es un recuerdo de juventud ya que nunca más pude volver a habituarme a ellas, pero aún así, para pescar no me quedaría sin. En lugar de explicar porque, os cuento una historia que pasó hace ya un tiempo. Eran tres amigos pescando desde el barco, uno de ellos deja por un momento el señuelo en el agua, y otro, al lanzar engancha su hilo y arrastra el señuelo como si se tratara de una catapulta de los orcos del Señor de los Anillos. El resultado fue que el señuelo acabó en plena cara del amigo, le partió las gafas y gracias a esta pequeña y a veces menospreciada protección los triples del 4/0 no llegaron a los ojos.

No hace falta llegar a semejante extremos para entender la función tan importante que tienen esos objetos y que nos ayudan a pescar protegidos, un enganchón del señuelo y verle salir disparado al tirar para liberarlo ya de por sí es una situación lo suficientemente espeluznante como para no olvidarlas nunca, y meterse en la maleza para llegar a la orilla de un río sin una protección para los ojos también podría resultar peligroso, una rama despistada y hasta luego Lucas. Además, unas buenas gafas polarizadas tienen la doble función de dejarnos ver mejor debajo del agua y eliminar el reflejo que sin duda es muy agresivo para nuestros ojos y puede perjudicarnos la vista o fastidiarnos el día de pesca provocando enrojecimientos, dolores de cabeza y mareo.

El tema de los zapatos para pescar protegidos también tiene migas.

Está claro que nadie pescará desde orilla descalzo, o por lo menos nadie en el pleno de su facultades mentales, pero a veces no es suficiente ir calzados, hay que ir bien calzados. Las botas para pescar desde las rocas tiene que sujetar bien el pie, ya que a menudo nos encontraremos en equilibrio precario, y no resbalar encima de la patina de algas o de humedad que se forma sobre la piedra. Para solventar este escurridizo problema es preciso utilizar botas con clavos o los Korkers, esas suelas que se aplican debajo de la bota atándolas a las mismas. Hasta pescando en la playa es importante llevar calzado, más bien porque las arañas no se andan con tonterías y siempre hay un imbécil que al día antes ha decidido romper un botellín de cerveza donde ahora estás lanzando a las bailas.

Vamos ahora a ver qué pasa con los zapatos para el barco, aquí he tenido más de una discusión con amigos que están todo el día pescando descalzos, una forma de masoquismo sin precedentes, y además una situación que pone un poco en apuro los demás tripulantes, ya que siempre tienen miedo en pisarle el pie a la Sandy Shaw de turno. En un barco de pesca se caen al suelo anzuelos, señuelos armados, garfios, pinzas y una lista interminable de objetos puntiagudos y afilados cuyo impacto con el dedo gordo o la planta del pinrel provocarían cantidad de dolor y hasta esparcimiento de sangre en la bañera. Amén de todo esto, en un barco hay escalones, recovecos angostos, planchas que sobresalen, tambuchos traicioneros, cañeros mal puestos y una superficie que no siempre garantiza un agarre Pirelli, más bien, una vez mojada, con los pies descalzos se transforma en una pista de patinaje. Moverse en ese entorno siniestro sin zapatos, hacedme caso, es una perfecta receta para el desastre. En mi extendido recurrido en este mundillo he visto más de un dedo gordo roto en varios puntos, cortes en la planta y anzuelos de tamaño ciclópeos metidos hasta la muerte donde más duele.

En fin chicos, para pescar protegidos no hace falta gastarse una fortuna y nunca agradeceríamos lo suficiente haber invertido un poco de dinero a cambio de nuestra seguridad y salud.