Después de la pesca estupenda que me ha regalado en Cork dudo que tarde mucho en ponerlo a la venta en la tienda. El T-Jerk Suspending de 11,7cm me ha dejado de piedra. En primer lugar se lanza muy bien, las bolitas que lleva en el cuerpo hacen su trabajo a la perfección y el pequeño babero no produce demasiado freno aerodinámico. Pero lo que más me ha impresionado, sobre todo teniendo en cuenta que yo no soy un aficionado a este tipo de artificiales que viajan debajo de la superficie, es la acción que tiene.
He probado varios tipo de recupero, lento y regular, lento a tirones y pausas, rápido a tirones y pausas, rápido sin pausas y finalmente muy rápido con la puntera de la caña que jugaba de arriba abajo, “jerkando” con fuerza. El señuelo responde perfectamente a cada uno de estos impulsos, y nunca entra en crisis, se sale del agua o se ajusta en una postura innatural. Al ser suspendido además, durante las pausas se queda quieto, y ha sido justamente en estos momentos que he tenido los ataques que se ha ganado antes de romperle el babero contra un pilón.
Digamos que de alguna manera este señuelo me ha hecho hacer las paces con la familia de los “nadadores”, esos artificiales que se mueven debajo del agua. Dos ataques a vista, a pocos metros del barco no me han hecho añorar mis paseantes, y he aprendido una cosita nueva