¿Vale más una imagen o mil palabras? La cuestión es, que por este barrio del espacio virtual, léase mi jodido blog, palabras fluyen unas cuantas pero de imágenes vamos más bien escasos. Lo digo mejor, que no es la historia del cuchillo de palo en casa del herrero, sino que más bien en algunos de mis delirios literarios faltan fotos para acompañar el texto, y con razón porque ilustraciones de lo absurdo e incomprensible tengo las justas.
Entonces me pregunto, ya lo sé soy un preguntón, ¿queda mal el blog con menos imágenes? ¿Hay algún infranqueable vacío que resulte de la ausencia de colorines, peces y caretos sonrientes? Dicho de manera más sencilla y directa, ¿son aquellos artículos sin impacto visual una birria infumable? Pero esta pregunta me lleva hasta una meta más ardua, entender, a estas alturas, cual es la imagen que impacta, gusta o simplemente acompaña el escrito con gusto y armonía.
Vamos a ver, de las fotitos de pesca con el cabezón del animal en primer plano y el nene sonriente tenemos unas cuantas de miles, también el chicarrón que lanza es suficientemente popular, así como el bestia con la caña doblada que se está dejando los higadillos con un atún. Ahora, amén de los súper gran angulares (mea culpa, me grandísima culpa) la moda es de editar las fotos de manera tan extrema que dejan pasmado al más atrevido fotógrafo de HDR. Los software que traen las nuevas cámaras digitales están empobreciendo el panorama a pasos agigantados y el cursor de la saturación de colores hace más estragos que le hundimiento del Exxon Valdés. Pero las fotos siguen las mismas, y a mí personalmente me dejan algo álgido, a veces hay una buena pose que desaparece detrás de una post producción pésima y que solo levanta consentimientos en el bosque virtual, donde todos los gatos son pardos.
Así es, ando saturadillo (como las fotos) de tanta imagen que tan poco me cuenta o que parece haber pasado por el mismo quirófano de Frankenstein. ¿Sabes que te digo? Prefiero una hoja en blanco, con algo de tinta (virtual) por encima y las tonterías del bote que salen cuando tienen que salir, y que nadie podrá editar ni bien ni mal (corregir es otra historia). Pero yo soy yo y vosotros ... bueno, vosotros. Por lo tanto me interesa mucho saber lo que opináis sobre el peliagudo asunto, si podéis sobrevivir leyendo algunos artículos (que ya de por sí solos son más difíciles de tragar que un balde hormigón) sin imágenes, o si resulta ser absolutamente necesario acompañar el muermo con otro, eso sí de más pixeles.
La pelota acaba siempre en vuestro campo nenes, ¡que le saquéis provecho!
Gines
Bueno , yo creo que lo primero que llama la atencion de un articulo son las fotografias , es lo primero que entra por el ojo independientemente del titulo que tenga el articulo en cuestion , despues es el titulo el que llama la atencion e incita a leer lo que alli quiere reflejar el autor , y creo que siempre en ese orden.
Peeeeero si sabes directamente de quien es el articulo y sabes que ese tio escribe bien por ejemplo A. Perez Reverte , pues ya sabes que lo que te vas a encontrar será bueno , es posible que no necesites fotos ni grandes titulares.
A mi personalmente me gusta leer lo que escribes porque sé que lo haces con criterio y conocimiento , pero tambien me gusta ver alguna que otra foto , yo creo que tiene que ser un poco de todo bien mezcladito y sale lo bueno de siempre
Jamel
Me gustan las fotos, llaman mi atención siempre en primer lugar, pero odio los retoques fotográficos exagerados.
Y como dice Gines si no me gusta lo que leo cierro y punto, tiempo muy limitado como para leer temas que no me interesan.
Gaizka
Te podría decir muchas cosas, pero te voy a decir sólo una, la principal. Entre un artículo, o revista, o libro, conteniendo únicamente buenas fotos retocadas o virginales, y el mismo formato conteniendo letra de calidad, no tengo absolutamente ninguna duda.. ¡dame letras!
Mebaru
Veo muchas imágenes que nos impiden ver la pobreza de los textos. Veo demasiados peces colgando de forceps y señuelos. Demasiados C&R a cuyos protagonistas se los ve necesitados de unas buenas palas desfibriladoras para poder sobrevivir a la sesión fotográfica. Pero lo que no veo son unos textos bién redactados que expliquen las virtudes de ese señuelo, la belleza de aquel pesquero, las sensaciones de esta caña y permita a nuestra imaginación transportarse a ese instante en que el autor lanzaba su señuelo en aquel pesquero con esa caña para capturar un pez que no necesirtamos que nos muestren, porque todos tenemos nuestros peces en cabeza.
carlos vila
Gran reflexión Mebaru, tambien hay que valer para hacer transportar al lector, para escribir todos nos defendemos con más o menos gracia.
A mi me atrae el titulo y la tematica del articulo, ya de por si leo mucho sobre lo que me gusta, a veces leo cosas en foros que llevan diez años escritas, y muchas veces las releo, sobre las fotos me gusta verlas, sobretodo las fotos con naturalidad, como la vida misma.