Técnica – Popping

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Según el pescador con el que esté pescando me encuentro con una gran variedad de medidas que vienen utilizadas para los bajos, bien de monofilamento bien de fluorocarbono. Entre el mogollón encontramos de todo; los que se limitan a poner un cachito de hilo justo para no llegar a atar el señuelo al multifibra, la mayoría formada por los de la "justa medida" y de vez en cuando se dejan ver los del "mejor que sobre que falte" entre los que me siento muy bien identificado.

Ya que mi opinión está clara y declarada, me limitaré a explicar el porque de mi teoría del "mejor que..." y que es lo que realmente significa. Empecemos por la pesca a spinning: en este caso suelo poner un bajo que pase el metro y medio y a veces roce los dos. En primer lugar recordaré que en el 99,9% de mi pesca utilizo trenzados amarillos, por lo tanto un poco más de camuflaje no viene nada mal, y finalmente ya que en nuestras aguas y con los equipos con los que pesco últimamente suelo poner bajos finos, me puedo permitir el lujo de cortar  en la parte final un trozo que se presente estropeado y seguir pescando sin tener que volver a montar un bajo nuevo. Estos bajos los ato o bien con un uni to uni o con un wind on cuando se trata de diámetros superiores. Para el Popping llego normalmente a los tres metros, de hecho los wind on que hago para mi mismo, o los que vendo en la tienda tienen esta medida. Me resulta excelente para todo tipo de situaciones y con caña de entre 2,25m a 2,70m. Esos tres metros ofrecen una protección optima en caso de roces y a menudo permiten lanzar sin el uso de los guantes ya que se puede apoyar el dedo indice a la trenza hueca del wind on que no es tan traicionera como el multifibra tradicional, amén de ser más gruesa. Cuando se trata de pesca vertical la longitud la subo hasta los 6, 7 u inclusive 10 metros. Inútil recordar las ventajas que ofrece un bajo tan largo, con desventajas prácticamente inexistentes, quizás más de resistencia en condiciones de corriente muy fuerte, pero nada más de esto. En mi equipo de jigging uso la combinación clásica de Bimini+Bristol knot y a veces algún wind on, aún sin verle ventajas prácticas destacadas.

Ya sabéis como suelo manejarme entre tantos hilos, ahora sería interesante leer las opiniones del resto de la tribu, los comentarios están habilitados.

No fuimos a por ellos, fueron ellos que vinieron a por nosotros, y se toparon con el justiciero del Delta. En pocos metros de agua, a pocas millas de la costa y con caras de pocos amigos, se levantaron los rojos, entre un soplido de Levante y un atardecer ensombrecido por unos nubarrones del trece. El que pegó el señuelo del Maño tenía mala uva, con un piercing en el labio y la aleta a lo mohicano mordió y sin disculparse ni nada, salió corriendo hacía el siguiente código postal, pobrecito de el. Después de los dos primeros arranques se encontró con dolor de cuello y las pulsaciones de un colibrí;el amigo que tenía la caña en la mano había puesto las reducidas y engranado la marcha atrás, ya la correa no estaba tan larga, pero si apretada. Al ver el casco volvió a ponerse chulo, y dobló hombre y caña, pero fue como el canto del cisne, al minuto ya estaba de vuelta con la boca abierta.

Se le esperaba a babor, con el lazo prieto, listo para agarrarle de la cola pero se dejó querer un rato más, la operación, hay que decirlo, no es de las más fáciles. Finalmente un tal Buffalo Bill pudo con el animal, y con la cola fuera del agua, se quedó allí respirando a la espera de aclarar la bañera para las fotos de rito. Subió a bordo sin rechistar, sabía que había allí un ambiente amigable de gente respetuosa de las leyes de los humanos y que le iban a soltar enseguida, y así fue con gran frustración del fotógrafo; en 30 segundos se despachó la sesión y el torpedo volvió al agua. Le echamos unos 30/40 kilitos, cinco para arriba, cinco para abajo, el año que viene hará un mogollón de atuncitos...aaaahhhhhh, que historia más entrañable y que maravilla el regreso de los Atunes en el Mediterráneo!

Si pescar el GT para muchos representa la universidad de la pesca tropical, cual son el cole y el instituto? En conversaciones privada, y muchas veces en el foro y en algunos de mis infumables artículos ya he expresado mi modesta opinión al respeto, en la mayoría de los casos sin el menor éxito. Creía, creo y seguiré creyendo que antes de acercarse a los macarras del Índico, hay que empollar un poco con algunos carangidos de menor porte y potencia, que además se dejaría pescar hasta con los equipos que utilizamos aquí para nuestros queridos Palometones, sin duda el primer escalón que se debería de superar, en cuanto representantes de la misma familia, peces difíciles de engañar con un señuelo, y divertidos de pelear.

El Jurel, clásico juguetón de aguas caribeñas, atlánticas y del Indo Pacífico, es un gran entrenador. Ataca ferozmente los señuelos de superficie,  aún sin buscar piedras u obstáculos lucha sin cuartel, y sobre todo, si de cierto tamaño, es resistente y sabe usar a la perfección la forma de su cuerpo para alargar la lucha extenuando al pescador menos experto, que seguramente aprendería mucho en cada combate.

El Jurel Azul es otra alimaña de tamaño mediano que, a las ya interesantes dotes del Jurel añade otra, determinante para espabila en el duro mundo tropical: la astucia. Exacto, el azulón marino es un fiera cuando se trata de enredarse con algo, rozar la piedra o meterse en un agujero. Recuerdo como si estuviese ocurriendo ahora mismo, el primero que pegó un compañero mío de pesca en el primer viaje a Maldivas. El bicho mordió un Surface Bull y antes de que el pescador pudiese hacer algo, ya había dato la vuelta a una cabeza de coral y con dos cabezazos se había liberado. Mi última experiencia con ellos en Andaman ha sido también peculiar; cuando enganchabas un GT lo peleabas de manera relativamente tranquila, sin embargo, con el mismo equipo, si te entraba un Jurel Azún había que girarle rápidamente la cabeza o te devolvía el bajo hecho un trapo.

Estos, bajo mi modesto punto de vista son unos excelentes entrenadores, que deberíamos de conocer antes de afrontar el reto definitivo. Uno de los lo tenemos en casa, y los otros  los encontramos en muchos mares tropicales, más o menos lejanos, juntos con otras especies igual de interesantes y entretenidas.