Me parece que hemos llegado al punto de no retorno. O se toma una decisión o se toma una decisión, y finalmente los gobiernos parece ser que están dispuestos a entenderlo.
Según se comenta, y con razón, los que van a sufrir las restricciones más severas van a ser las flotas de pesca de cerco, que son las que más daño hacen y que menos riqueza reparten, cosa que hay que tener en cuenta en un país con 4 millones de parados. La comercialización internacional se verá afectada al 100% y solo se pescará el Atún con flotas artesanales y para consumo interno. Se quedarán operativas las almadrabas, los palangres y la pesca con caña y cebo.
Creo que quizás por primera vez, después del sonado fracaso del ICCAT, veo un un plan que tenga sentido y que parezca cobrar vida, y sobre todo que de momento no nos afecta, como pescadores recreativos.
Queda poco para tener una respuesta sobre el desarrollo final de esta iniciativa, esperemos que por fin se logre una consciencia común y se ponga fin a este esperpento