Este sin duda ha sido mi stickbait favorito del último año. Lo he utilizado sin piedad en muchos viajes y por alguna extraña razón, cuando muchos otros señuelos han sucumbido, este siempre se ha salvado. Es un señuelo afortunado, y ahora se merece un descanso en el museo de los grandes supervivientes.
Trabaja como un paseante, si de moverlo así sirviera de algo, sin embargo es cuando adquiere un poco de velocidad que sale a la luz todo su potencial. He logrado hundirle el morro con el fin de hacerle trabajar con cada tirón debajo del agua, reluciendo barriga, sin embargo este no es el movimiento con el que más fácilmente resulta moverlo. Una acción parecida a la de un pencil, con más paradas y más movimiento de la puntera de la caña, muchas veces mantenida a ras de agua, es lo suyo y as así que ha engañado todo tipo de depredador.
He logrado que el constructor me hiciese unos cuantos para la tienda y llegarán la semana que viene en dos bonitos colores. Pero lo que estoy intentando es tenerlo en diferentes medidas, para aprovecharlo con todos los depredadores. Buscamos un nombre para el de momento vamos por: Sigaro (puro en italiano), Puro, Habano o Coiba, en fin, fantasía la justa….
….sigue. Y podría seguir hasta el infinito pero tampoco estamos aquí para aburrir al personal, solo ponerlo algo cachondo, nada más 🙂
Lo dicho en el post anterior, ha sido un viaje espectacular, como no tenía desde hace tiempo creo, sobre todo porque pudimos practicar un spinning ligero de altísimo nivel, ambos por la dificultad de las capturas y por el ritmo que llevábamos, y porque el popping pesado a las Cuberas se ha demostrado una vez más como historia para hombres.
Vamos por partes, empecemos por la pesca ligera/mediana. Mi compañero ha pescado con una Caranx Medium y un Stella 4000 con trenza de 30lb para los bichos medianos y una Lamiglas Travel XTS704 para los Macabí. Servidor con dos Lamiglas travel, una XTC7025 de casting que lanza hasta una onza y medio, acoplada a una Team Daiwa Fuego con trenza de 20lb y una XTS704 con un Daiwa Bradia 2000 y trenza de 10lb que en principio era la caña de Macabí y que al final estuve utilizando mucho, también con vinilos, para bichos de mayor talla.
Los señuelos que hemos utilizado más han sido los paseantes, sin duda los más efectivos en esas situaciones. También se han aprovechado los vinilos sin plomo, bucktails para los Sábalos y algún que otro minnow o popper. Para el Macabí el no va más han sido unas cabecitas de plomo de 5 a 10g con pequeños grubs. Decir que la masacre de señuelos ha sido notable. Además de las roturas y líneas cortadas por las barracudas, ha habido algún que otro señuelo que no ha vuelto en muy buenas condiciones, vamos que les entra agua por todos lados y ya están destinados para el museo.
La especie más abundante ha sido el Pargo Criollo (Lutjuanus analis), seguido por las Barracudas (Sphyraena barracuda), Pargo Jocú (Lutjanus jocu), Cojinúa (Caranx bartholomei) y otros Jureles menores. Pocos han sido los Jureles (Caranx hippos) empeñados en sus labores de reproducción allá por el canto más profundo, no puedo ni imaginarme la cantidad de picadas que podríamos haber sumado de haber estado ellos en aguas bajas.
Para los que nunca han pescado un Pargo les diré que, aún con la Caranx Medium y un freno apretadito, son capaces de poner al pescador en dificultad, siempre intentando meterse en la piedra, cosa que tienen muy clara y grabada en el ADN desde hace miles de años. Imaginad pelearlos con una cañita de 3/4 oz con hilo de 10 libras… Vicente, nuestro guía no daba crédito de que se podían sacar peces de ese tamaño con semejante equipos, y de hecho las picadas que tuvimos en los equipos ultra ligeros (con vinilos sin plomo), acabaron todas en la piedra, y con un poco de habilidad, suerte y paciencia se lograron rescatar.
Las Barracudas, ambos con equipos ligeros y pesados nos entretuvieron muchísimo. Posiblemente son las protagonistas de las picadas más espectaculares y de carreras emocionantes. Pena que a este bicho no se le valore por lo que realmente es, un señor pez deportivo. Su único defecto, si así lo podemos llamar, es de ser demasiado abundante y poco difícil de provocar para que ataque el señuelo.
Tarpon picamos algunos pero al final solo uno salió, siempre a causa de la dificultad de clavarle el anzuelo en la dura boca. Sigue siendo una pesca emocionante y caótica, cuando se encuentra el bando es una enganche tras otro, y por supuesto el correspondiente desanzuelamiento. Diferente es la historia de los macabí, que para mi sigue siendo un pez bastante fácil de sacar a spinning. Si eres capaz de verlos y lanzar correctamente, de lo demás se encargan ellos y comen con alegría el grub. Luego la pelea que sigue es como siempre muy emocionante, con fugas rapidísimas en un palmo de agua.
Luego ha habido unas cuantas sorpresas con las Cuberas que entraron al equipo ligero donde no las esperábamos pero de ellas hablaremos en otro artículo….