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He pensado que para algunos podría ser interesante  tener un poco de información que pueda ayudar a elegir una cámara de foto para sus retratos de pesca. Lejos de suponer que este sea el tratado definitivo sobre la materia, estaría contento si pudiera ayudar al novato que todavía esté algo perdido con el tema.

Diría que la compra de una cámara tipo réflex debería ser directamente proporcional a la curiosidad y el deseo de que el comprador pueda tener en mejorar sus habilidades fotográficas, trabajando con programas semi-automático o manuales y expandir el parque de lentes con el fin de explorar las posibilidades que ofrece este tipo de sistema. Es decir, si la cámara sirve para disparar en automático mejor dejarlo y gastar dinero en un fin de semana de pesca.

Con respecto a la compacta diría que lo ideal sería que tuviera ciertos requisitos: un objetivo zoom, es decir, un 24mm, 25mm o 28mm que se extienda hasta 70 mm o 105 mm en lugar de un zoom que empiece desde 35 mm para llegar a 350mm. Lo que se utilizará más a menudo será el gran angular y es también importante saber que las cámaras  superzoom (28-280 mm, 28-600 mm etc.) sufren más de las que cuentan con un zoom limitado (24-70mm o 28-105mm etc. ) ya que estás últimas ofrecen una calidad de imagen más consistente a lo largo de toda la extensión del zoom.

Si fuese posible lo mejor sería hallar una cámara con un objetivo luminoso que cuente con una buena apertura máxima, o sea un pequeño número f (f2, f2,8) y que lo mantenga en todo el rango del zoom: ahora sí, por lo general son las más caras. En estos días es fácil encontrar equipos con un buen sistema de estabilización mecánica en la lente o en el sensor, y en mi opinión también es muy útil poder contar con un flash que se pueda programar de forma manual, para decidir cuándo usarlo y cuando no, y si es posible, pero ya es mucho pedir, se pueda ajustar la intensidad.

También hay compactas estancas y resistente a los golpes, prácticamente todas las principales marcas tienen alguna en su catálogo; se puede guardar en el bolsillo durante la acción de pesca, e incluso si nos mojamos no sufren daños y nos permiten tomar fotografías y vídeo bajo el agua a un costo muy reducido.

Si queremos una DSLR, hay muchas en el mercado que funcionan  estupendamente, elegid un "sistema" que incluya una amplia selección de lentes, flash y accesorios compatibles o incluso una cámara “mirrorless”, que sacan ventaja a las DSLR en peso, costo y dimensiones  sin sacrificar la calidad, pero que conste que personalmente no me gustan mucho.

Cuidado con las cámaras muy caras, el mar traiciona, se consumen, envejecen prematuramente y el material se oxida. Yo, que gracias a la fotografía pago algunas facturas, tengo dos de gama media, la Nikon D90 y D7000, y prefiero invertir en buenas lentes, que de todas formas hay que cuidar muy mucho. Acabaré con una frase de esas que gustan mucho a los fotógrafos: las bellas imágenes no están en la calidad de la cámara ni en las lentes, sino en el ojo del fotógrafo.

Ni falta hace decir que estoy a disposición de quien quiera profundizar el argumento a través de los comentarios.

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Me preguntaba el otro día cual es la especie más difícil de capturar a spinning en nuestras aguas y la verdad es que me he quedado sin una respuesta convincente y sigo ahí con mis dudas. La Lubina parecía la respuesta más obvia pero luego me pongo a pensar y se me ocurre recordar los muchos intentos fallidos de sacar un Palometón entre el Delta y la cosa de Levante. Si una es sospechosa y astuta el otro es muy pero que muy complicado a la hora de atacar con ganas el señuelo y morderlo hasta quedarse pegado. Otro animal que trae a muchos de cabeza es la Bacoreta, y quien lo persigue con cierta regularidad sabe de que estoy hablando, para no mencionar el Atún que a veces es más lelo que una gallina y otras no lo engaña ni el Gandalf con sus hechizos.

Si luego nos ponemos a examinar todas las especies que puedan en un momento dato entrar al señuelo ya nos metemos en un berenjenal de mucho cuidado. Para algunos a la escasez crónica se añade la astucia y falta de agresividad, otros aparecen en momentos muy puntuales y como vienen se van y hay poco tiempo para perseguirles, animales como las Serviolas parecen ponerse con los señuelos solo cuando están hartas de crack y el dentón es como el Sagrado Grial del spinning.

En fin, yo sigo con mis dudas y si me pongo a quitar los bichos que representan capturas casuales me quedo con Lubina y Palometón entre los más peliagudos de engañar, pero me gustaría escuchar vuestra opinión que seguro aportará puntos de vista muy diversos e interesantes

No fuimos a por ellos, fueron ellos que vinieron a por nosotros, y se toparon con el justiciero del Delta. En pocos metros de agua, a pocas millas de la costa y con caras de pocos amigos, se levantaron los rojos, entre un soplido de Levante y un atardecer ensombrecido por unos nubarrones del trece. El que pegó el señuelo del Maño tenía mala uva, con un piercing en el labio y la aleta a lo mohicano mordió y sin disculparse ni nada, salió corriendo hacía el siguiente código postal, pobrecito de el. Después de los dos primeros arranques se encontró con dolor de cuello y las pulsaciones de un colibrí;el amigo que tenía la caña en la mano había puesto las reducidas y engranado la marcha atrás, ya la correa no estaba tan larga, pero si apretada. Al ver el casco volvió a ponerse chulo, y dobló hombre y caña, pero fue como el canto del cisne, al minuto ya estaba de vuelta con la boca abierta.

Se le esperaba a babor, con el lazo prieto, listo para agarrarle de la cola pero se dejó querer un rato más, la operación, hay que decirlo, no es de las más fáciles. Finalmente un tal Buffalo Bill pudo con el animal, y con la cola fuera del agua, se quedó allí respirando a la espera de aclarar la bañera para las fotos de rito. Subió a bordo sin rechistar, sabía que había allí un ambiente amigable de gente respetuosa de las leyes de los humanos y que le iban a soltar enseguida, y así fue con gran frustración del fotógrafo; en 30 segundos se despachó la sesión y el torpedo volvió al agua. Le echamos unos 30/40 kilitos, cinco para arriba, cinco para abajo, el año que viene hará un mogollón de atuncitos...aaaahhhhhh, que historia más entrañable y que maravilla el regreso de los Atunes en el Mediterráneo!