Nunca he sido muy de hacer listas, pero resulta que es lo que lee la gente en la web con mayor atención, al parecer esto de tener un manojo de ganadores a los que apuntar en el momento de hacer la compra mola, así que vamos tirando con los ocho mejores paseantes para la lubina.
Un matiz, mejor dos, la lista no va del primero al octavo, sino que el orden es totalmente anárquico, cada uno los coloques como mejor cree. Numero dos, esta lista es mía y solo mía, si falta un señuelo que para algunos es la pera limonera puede que me haya equivocado o simplemente que no me guste tanto. Además, son solo ocho, alguno tendrá que quedarse fuera, así de dura es la vida. Por cierto ¿Por qué ocho y no seis? Cosas mías, me gusta ese número ?
Los ocho mejores paseantes para la lubina
Si tuviese que mirar las ventas de los señuelos de superficie estaría obligado en poner el Spittin Wire de Whiplash Factory en el primer lugar de esta lista de los ocho mejores paseantes para la lubina. Es el más vendido, hay colores que se agotan a la velocidad de la luz y si principalmente se ha desarrollado como un fenómeno en el norte y noroeste, al final su fama ha progresado hasta la orilla derecha, y ahora también se ven muchos en el Mediterráneo. A pesar de medir solo 95mm pesa 15.5 gramos y se lanza muy lejos pero no es demasiado grande, es decir, lo mejor de ambos mundos para las lubinas más resabiadas. Me gusta como chapotea, bien si le recuperamos como un paseante de superficie normal bien si la traemos a tirones cuando avanza sumergiendo la cabeza y enseñando los flancos. ¿Recomendable? ¡No lo siguiente!
Ahora vamos a por el polo opuesto del concepto de paseante, el Iron Mouth de Imakatsu es más pesado, mucho más ruidoso y – evidentemente – para nada discreto. Sin embargo, cada uno de estos señuelos de superficie para la lubina tiene su sentido, o por lo menos me lo parece a mí. El Iron Mouth se lanza bien, pero este no es su punto fuerte, las batallas las gana con ese movimiento tan extremo, de lado a lado, acompañado por una buena dosis de salpicaduras, si es así como podemos llamar a los chorros de agua que levanta. Si tuviésemos el oído de una lubina le escucharemos con su chof, chof metálicos, ayudado por esa especie de bracket que lleva puesto en el morro y que – por cierto – podemos quitar cambiándole totalmente la actitud. En aguas revueltas tiene más de un pase, y lo recomendamos por ese tipo de escenarios, cuando hace falta un señuelo de spinning que se haga oír.
En la misma línea, aunque algo menos agresivo, encontramos al Showerblows de Evergreen. También se mueve de manera muy pronunciada, con cabezazos de 180º y cierta habilidad en permanecen la “strike zone” más tiempo que otros paseantes que tienen la tendencia a desplazarse más hacía adelante. Con un buen lance el Showerblows acompaña también en zonas de viento y orillas que profundizan poco, y si le coges el rollo y te haces con él, le puedes sacar un partido importante en busca de lubinas agresivas y reactivas, así como de depredadores más perezosos que no quieren desplazarse demasiado para englobar proteínas. Los hay en tres medidas, escoge la que mejor se adapte a tu zona, por cierto, la de 150mm es carne de cañón para anjovas y palomos.
Me encanta poder añadir a esta lista el Salty Dog de Jack Fin, los artesanos italianos que se han ganado los favores de medio mundo gracias a sus creaciones más cercanas a objetos de culto que señuelos para spinning. El Salty Dog entre los ocho mejores paseantes para la lubina es el único fabricado en resina llena, y que no lleva algún tipo de sonajero. ¿Cuál es la ventaja de semejante cambio? Pues son varias, en primer lugar, un cuerpo tan compacto, solo 10 centímetros, llega a pesar 20 gramos, por lo tanto, nos ofrece un alcance muy importante. Luego es de los que la matan callado, es silencioso, no emite ruidos raros de bola metálicas, shhhhh. Pasa como un pez que no tiene muchas ganas de que le torpedee un misil submarino. Su flotabilidad está medida al miligramo por lo tanto en el agua solo se verá sobresalir la cabeza, el resto del cuerpo está sumergido. Vale en oro lo que pesa en rías, playas someras, y zonas de mucha presión. Se menea muy bien, pero es muy sutil, no monta escándalos y se deja llevar bien con tirones, sumergiendo la cabeza y flanqueando con elegancia.
El Patchinko de Xorus le metemos aquí, en el medio. Si me oyera mi amigo Ginés me mataría, es su señuelo fetiche. Pero repito, no es una lista en orden de importancia, más bien un delirio de hombre de mediana edad que tiene ganas de escribir sobre señuelos de spinning de superficie para la lubina. La criatura de Xorus está muy bien pensada, es muy lanzadora y aguanta malos tratos por un tubo. Me explico mejor, si queréis recuperarle de manera clásica no hay problemas, pero en el momento en que decidís pisar el acelerador el Patchinko no se achica, al revés, le encanta que le metan caña y simplemente mantiene su compostura y corre más. No tiene un cabeceo demasiado amplio, y me parece muy logrado el sutil salpicar que levanta, si no te fijas en el cebo parece que se trata de un pez que se escapa en la superficie con más miedo en el cuerpo que un gato en noche vieja. Un matiz, si esta lista hubiese sido de solo tres señuelos de superficie, el Patchinko se hubiese quedado. Y con esto lo digo todo.
Llegamos ahora al señuelo de superficie para lubina más raro que podéis encontrar, o por lo menos uno de ellos, el Bent Minnow de O.S.P. A primera vista uno podría llegar a pensar que se ha quedado demasiado tiempo al lado de la chimenea y se ha derretido, como un reloj de Dalí, vamos que tiene una curva que parece una parabólica de Daytona. Sin embargo, este diseño tan “platanoso” nace de alguna mente perturbada que encuentra la genialidad en lo que nadie consigue ver. Es evidente que el Bent Minnow de O.S.P. no es un señuelo de superficie cualquiera, ni se trabaja de la misma manera que todos los demás artificiales para spinning. Hay que meterle un poco de caña, fustigándole como un condenado para que vaya entrando y saliendo del agua, como una lisa agonizante. Con este paseante las pausas son tan importantes cuanto el movimiento, atended, que os hemos ofrecido un consejo muy importante. No es un misil en cuanto al lance se refiere, pero se hace perdonar una vez en el agua. Por cierto, no es un señuelo de superficie para la lubina al alcance de todo el mundo, hay gente que jamás le ha pillado el rollo, lo digo por si luego me queréis echar la culpa si no pescáis nada con ello.
Cuando hablamos de DUO sabemos que hay mucha calidad de por medio y sobre todo largas horas de vuelo para probar los señuelos hasta que estén realmente listos para llegar al consumidor. El Realis Pencil en el 2017 ha visto un nuevo modelo agregarse a la familia, el 130, una bestia parda de 130mm x 31,6 gramos, material para caza mayor. A mi me gustan los tres modelos, el 85 es el que uso más frecuentemente también en agua dulce, y los otros dos cuando hace falta más chicha. Recuperando a ritmo pausado este paseante para la lubina es muy elegante, sigue el ritmo con facilidad sin desviar demasiado, cuando ralentizamos el ritmo entre tirón y tirón y le echamos un poco más de fuerza a la muñeca, empieza a enseñar los flancos y girar más sobre su eje. Finalmente se deja traer con tirones medianamente largos, hundiendo la cabeza con facilidad gracias al equilibrio de los pesos tan acertado y replicando los agónicos pasos de un pez pasto con una corta esperanza de vida.
Acabemos pues, que después de tanta tralla se pregunta uno si todavía hay vida detrás de alguna pantalla. Le toca al Gunfish, ese invento de Lucky Craft, que un día decidió romper el molde y crear un paseante que se parece a un Popper pero que nada como un hijo entre los dos, o viceversa. Casi lo hemos dicho todo, pero mejor ampliar un poco el concepto. El Gunfish, cuando cabecea no busca amplitud de movimiento, más bien se concentra en escupir agua con la cabeza y desplazarse de derecha a izquierda siguiendo un ritmo bien marcado, pero no exagerado. Es decir, el Gunfish se hace notar por una curiosa mezcla entre ruido y zigzagueo y engaña a las lubinas como si no hubiese un mañana, no hay duda de que se trate de uno de los señuelos de spinning para superficie más cotizados en el mercado. Nos gustan todos, pero el 95 y 115 son los que nos llevamos a la cama y que más se merecen estar entre los ocho mejores paseantes para la lubina.
Queridos amigos, colorín colorado este cuento se ha acabado. Tenéis delante de vuestros ojos los ocho mejores paseantes para la lubina según el autor, espero os pueda ser de alguna utilidad. Aún con el flujo infinito de información que se encuentra en la web quizás podáis sacar algo interesante de esta sopa de letras que no hayáis encontrado en otro lugar, y esto nos haría gozar como jilgueros en primavera. ¿Viva la pesca a spinning! Así, para rematar…
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