¡Claro que si! Ese señuelo de Black Bass que iba paseando por encima del agua como un bulldog cojo y que no se entendía si los depredadores le metían caña por hambre, territorialidad o porque se descojonában de el... En fin, a mi personalmente me volvía loco y hace unos 15 años, en uno de mis primeros viajes a los Jardines de la Reina me llevé el más grande que había, encima articulado. Con el pegué un número interminable de Sábalos de los que logré sacar cero, y algún que otro jurel, esta vez con más suerte.
Bien, hay un artesano de la costa este de EEUU, Lemire's Plugworks, que está fabricando una versión para agua salada, el Sea Fly, en principio para las Lubinas Rayadas cuyo uso sin embargo, se puede extender a muchas más especies. He probado el modelo de 3oz en los Jardines, como no, hace un par de meses, ya la verdad es que me parece harto divertido, aún sin haber tenido suerte con él. Hay que trabajarlo despacio y con un carrete con un ratio lento, porque ofrece bastante resistencia, pero en determinada situaciones, sobre todo con la mar tranquila, seguro que puede tener un efecto sorpresa. Otro chisme que se queda en la caja esperando a que tiempo, trabajo y familia, me dejen salir a pescar.