El objetivo del día lo teníamos clarísimo: calamares y sepias gigantes a Tip Run.
Cuando llevas más de 10h metido en un barquito con un tío más joven, guapo y delgadito que tú, la cosa no puede acabar bien… a no ser que pesques más que él. Mismo espacio, profundidad, equipos, deriva… y me estaba pegando una paliza!
Mi enorme EGO se estaba desinflando por momentos. Necesitaba -¡urgentemente!- una sepia de las gordas, de esas de más de 3kg para restaurar el orden en mi pequeño Universo. El Cosmos notó como iba cayendo en un Agujero Negro y no podía permitirse el lujo de perderme para siempre, así que alineó las estrellas a mi favor.
Tenía la vara especial TipRun a mano, súper sensible, y noté como su puntera marcaba unos pequeños toquecitos, como si una enorme sepia estirara sus tentáculos para hacer cosquillas a mi Egi.
Concentré todos mis sentidos en captar esos excitantes instantes
, esperando que la sepia abrazara el señuelo para clavarla con energía y, en cuestión de microsegundos, noté como el KRAKEN arrancaba de mis dedos la caña!
-¡PICADAAAAAAA! ¿HOSTIA SANTAAAAAA!
-¡¿Pero qué has clavado, animal?!
-¡PARA, PARA… PARAAAAA!
-Para No, hombre…
Afloja carrete y paciencia… ¡que has clavado un monstruo!
-¡Qué coño, paciencia…
que pares!
PARA, PARAAAAAA!
-¡¿Que pare… qué?!
-QUE PARES EL MOTORGUIDE, JODEEEEEER!