El peliculón dura 5:12 minutos. Restando celebración, éxtasi y orgasmo, nos quedan unos 4 minutos de lucha sin cuartel, que es mucho tiempo para sacar un pez.
No entendía nada, salvo que tenía un gran depredador enganchado a la línea. Con la caña arqueada hasta el mango y dando tremendas sacudidas por los cabezazos de alguna bestia. El carrete firme, con el freno bien tarado, no paraba de escupir trenzado al compás de dos patos mareados que intentaban acompasar el ritmo de una pieza de música demasiado heavy para tocarla con violín.
En el video repito, una y otra vez:
-No lo entiendo, tendría que haber partido ya la línea…
Pensé que había clavado una palometa blanca e, inmediatamente, un gran lirio la había apresado con sus poderosas mandíbulas pero mi compañero, más listo y experimentado que el hambre, me dijo que eso no podía ser.
-Un lirio con esta potencia te habría partido la palometa en el acto. O lo has robado, o tienes algo impresionante ahí abajo.
Las condiciones de mar y viento eran duras, de esas que acaban recordándote, durante bastantes días, que tienes unas rodillas de juguete. Del brazo y la muñeca ni hablamos, pues lo primero que digo al tener al gran pez encima del barco es:
-joder, ¡cómo me duele el brazo!
-claro… con este equipito… ¡¿qué quieres?! Has de ser muy bueno pescando para haber logrado semejante triunfo, tío…
Solo. Dominando pez y barco. No fue una simple captura… ¡Fue una hazaña!
Viento de mar muy fuerte, olas tan altas como el motor que entraban por popa mojándonos, una deriva incontrolable si uno no lleva más de 20 años navegando. Os prometo que, para contrarrestar semejante deriva, tuve durante horas la marcha atrás del motor en marcha. Solo así podía mantener el barco a la vertical del pescado o “parado” cerca de las pajareras. ¡Pescar al mismo tiempo que gobernar el barco es algo que me apasiona!
En dos o tres ocasiones tuve que dar gas a fondo para ganar metros de línea, pues viento, olas, deriva y pez tirando a la vez me estaban vaciando la bobina. En dos ocasiones se ve como suelto el carrete, le doy para abajo a la palanca del gas y me caigo sentado al momento. Tirado sobre el banco y con los pies el alto recupero línea rápidamente, ganando en confianza al ver media bobina llena. El tallahams debía de ser enorme. Los he pescado de más de 6kg de peso, y no dan tanta guerra con equipo adecuado, aunque con uno de trucha… quién sabe. Llevaba ya unos 3 minutos de lucha y sólo tiraba hacia el fondo dando cabezazos. Esperaba que subiera a la superficie y me obsequiara con unos poderosos saltos… pero no. No sería un lirio…
Y finalmente me di cuenta de lo que pasaba en realidad al ver, por fin, una enorme silueta a unos cuantos metros de popa.
-¡Palometón! ¡Joder! ¡Es un palometón!
-Con lo que tienen que picar esos cabrones… Años buscándolos con grandes señuelos y te entra uno con uno de trucha… hay que joderse.
-¡Vamos, ocúpate tu del salabre que bastante tengo con el barco, el equipo, el pez y los nervios! Éste hay que asegurarlo, ¡que nadie se lo va a creer! ¡Sin foto no hay pez!
-¿Haces video, no?
-Sí, pero no lo puedo colgar en el Foro de Caranx… joder, ¡tendré que inventarme un cuento chino!
-¿Un cuento? Cuenta la verdad… Total, ¡nadie te creerá!
-Tu sí crees en mi, ¿verdad compañero? Prepárate para la próxima aventura. No hay nada que me apasione más que pescar y dominar el barco con olas y grandes espumas a ras de acantilados.
-¡Ya estamos tardando!